NBA | ANÁLISIS

De odiado a decisivo: 'Playoff Rondo', al rescate de los Lakers

El base vuelve a ser decisivo en playoffs, momento de la temporada en el que ha forjado su leyenda. Cuando su reputación se tambalea, Rondo reaparece.

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"Algunas personas están hechas para este momento y otras no". Son palabras de un tal LeBron James, que hablaba así de su compañero Rajon Rondo a la conclusión del tercer partido de las semifinales del Oeste, en el que los Lakers se han impuesto a los Rockets con una actuación espectacular del base. En la misma línea se movía Anthony Davis, que ya compartió vestuario con él en Nueva Orleans: "Tenemos a los dos jugadores con mayor IQ de la Liga, Rondo y LeBron". Pueden parecer declaraciones oportunistas, con un toque de efectismo que no deja traslucir la realidad de la situación. Pero también pueden ser realistas, basándose en la carrera de un jugador que siempre ha dado la talla en ese momento de la temporada en el que algunas muñecas tiemblan (y lo que no son las muñecas) y otras, como la suya, funcionan mejor que nunca. Ahí es donde el base ha forjado su leyenda y su reputación, el lugar en el que ha demostrado que es uno de los mejores jugadores de su generación y un ser con una inteligencia descomunal que sabe tomar la decisión correcta en el momento oportuno.

La película siempre ha sido la misma para Rondo, pero parece que los aficionados no acaban de aprendérsela. Y el argumento ha sido más acusado en los últimos años, donde las temporadas regulares eran de discretas a malas y en los playoffs aparecía una versión adimensional de un hombre que decidía eliminatorias. Los lovers de Rondo, cada vez más escasos y casi en peligro de extinción (hasta ahora), argumentan que es un jugador de playoffs (Playoff Rondo), una nomenclatura acorde a la carrera de un baloncestista que aparecía en los momentos importantes y dominaba los partidos clave a pesar de sus evidentes carencias de tiro, una losa muy pesada en la era de los triples, en la que además de desaparecer el mid range y los pívots dominantes, la posición de base ha evolucionado (o involucionado, según como se mire) a una dimensión en la que se tira más y se pasa menos. Muchos se acuerdan de que Rondo repartió, con tan solo 22 años, 16 asistencias en el segundo partido de las Finales del 2008 ante los Lakers y les sentenció con 21 tantos en el sexto, a la postre el definitivo. También del casi triple-doble que promedió en los playoffs del año siguiente, con Garnett lesionado (16,9+9,7+9,8, con 2,5 robos y solo 2,7 pérdidas).

La lista de logros en la fase final es interminable y se puede seguir cronológicamente: en 2010 endosó a LeBron y sus Cavs un triple-doble de 29+18+13 y los verdes acabaron con un +14 con él en pista en el cuarto partido de las semifinales del Este de unas series que ganaron como preludio a The Decision y el inicio de la segunda parte de una de las historias más impresionantes de siempre en la NBA. Una con la que Rondo se ha cruzado ahora en los Lakers y a la que puede ayudar a darle un fin a su altura. Y para el recuerdo, por seguir con sus logros, está la fase final de 2012, el culmen en cuanto a nivel de su carrera, en la que lideró a unos ya veteranos Celtics a rozar las Finales promediando en todos los playoffs 17,3 puntos, 6,7 rebotes, casi 12 asistencias y más de 2 robos por encuentro, consiguiendo 13 dobles-dobles en 19 choques, 4 triples-dobles y 10 o más asistencias en todos los duelos menos en tres. Les eliminó LeBron (45+15 en el sexto encuentro de esa serie antes de sentenciarles en el séptimo), otra ironía del destino y otra coincidencia con El Rey, con quien parece compartir destino en un año en el que uno busca la redención y el otro su definitiva reivindicación. Adivinen quién es quién.

Rondo al rescate

A priori, Rondo planteaba serios problemas en el esquema de Frank Vogel. Su nivel defensivo había bajado respecto a su etapa en los Celtics, de la que llegó a decir que los últimos años de había dejado ir gracias a que tenía al lado a Avery Bradley (otro con el que comparte equipo esta temporada, al menos hasta la burbuja). Y en ataque, jugaba en una era aparentemente distinta a la actual, como si viviera en el pasado. Rondo asume mucho balón, no tiene un físico que le permita postear (algo que ya nadie hace) o correr como otros grandes bases de la Liga (Westbrook a la cabeza). Interpreta de manera excelente el contraataque, pero en estático juega lento y gasta mucho tiempo en el bote, algo incompatible (de nuevo, aparentemente) con un LeBron que necesita como el comer tener el control del balón. Y no tira de tres (eternas defensas flotantes), algo que no necesita explicación para cualquiera que conozca mínimamente la deriva que lleva la competición en la última década. Es, por tanto, un jugador diferente, casi de otra época, con brazos largos, buenas manos, un gran creador y un buen penetrador pero nunca un anotador puro o un físico atlético.

Sin embargo, ante los Rockets parece haber encontrado su sitio en el esquema, como por arte de magia. Se compatibiliza con LeBron, mete triples (veremos si aisladamente o se convierte en rutina) como si llevara toda la vida lanzándolos (3 de 5 en el tercer partido, aunque 1 de 5 en el anterior) y es el líder en pista, dando instrucciones constantes a sus compañeros y defendiendo como hacía mucho que no se veía, con 5 robos en el segundo encuentro (en el que repartió 9 asistencias y perdió solo 1 balón) y 1 clave a Harden en el tercero, que ha finalizado con 21 puntos, 2 rebotes y 9 asistencias (3 pérdidas) y un +7 con él en pista... tras el +28 que sumó el otro día. Y llegando a las 1.000 asistencias en playoffs, una cifra que en activo solo han alcanzado él y un LeBron que se va a la zona y al poste cuando su compañero está en pista, ejerciendo de receptor de su innumerable cantidad de pases. En el segundo asalto de la serie, sumó 3 puntos, 6 asistencias y 3 robos sólo en el primer periodo (menos de 7 minutos) y en este último ha anotado o asistido en los primeros 19 puntos de los Lakers en el cuarto periodo, llegando a participar de forma directa en 23 de los 30 tantos que los angelinos han anotado en los últimos 12 minutos de partido.

Vogel siempre le ha dado muchos minutos y en marzo habló del swag y la confianza que transmitía al grupo. Sus detractores nunca vieron claro que el entrenador le mantuviera tanto tiempo en pista, pero tras seis meses lesionado solo ha tenido un partido malo, el primero, cuajando posteriormente dos grandes actuaciones con 30 minutos en cada una. "Creo en él. Siempre me siento bien cuando está en pista", dijo su técnico tras la victoria ante los Clippers en marzo, justo antes del parón. Y, desde luego, lo parece, siendo además su conexión con Anthony Davis muy importante, tal y como demuestran esos playoffs de 2018 en los que los Pelicans eliminaron a los Blazers en primera ronda con 11 puntos, 7,5 rebotes y 13,3 asistencias de Rondo, que en semifinales se fue a los 21 pases a canasta contra los Warriors en la única victoria de Nueva Orleans en esa ronda. Las dos únicas veces que Davis ha superado la primera ronda, por cierto, ha sido compartiendo equipo con el base, algo que por mucho que éste no estuviera en la primera ronda por lesión, no deja de ser un dato curioso. Si quitamos su etapa en los Mavericks, con el sainete que fueron los Bulls en la 2016-17 consiguió destacar en playoffs robando dos victorias a los Celtics en el Garden antes de caer lesionado y que Chicago perdiera los cuatro siguientes.

Ese es Rajon Rondo, un jugador de playoffs. Sus rivales han llegado a afirmar que se aprendía sus jugadas ofensivas sobre la marcha, sabiendo cuál estaban señalando en cada momento. Las redes sociales han explotado con su exhibición ante los Rockets y muchos han entonado el mea culpa tras su increíble actuación, una más, en playoffs. A veces infravalorado, el base no entra en ninguna clasificación top ni es considerado uno de los mejores de la historia en su posición, pero no deja de ser un seguro de vida y ha vuelto a demostrar de donde procede su reputación. Cuatro veces All Star, tres máximo asistente, mejores quintetos de la temporada y defensivos... todo eso parece irrisorio en comparación con lo que es, un hombre que te puede dar un anillo. Algo que, por otra parte, él ya tiene. Playoff Rondo ha vuelto. Lo único que nos falta por saber, es si ha venido para quedarse.