Una década después, los Lakers vuelven a ser líderes del Oeste
Los angelinos ganaron a los Jazz con un Anthony Davis atómico y se garantizan el primer puesto de su Conferencia. Llevaban seis temporadas fuera de los playoffs.
Después de llevarse contra los Raptors el disgusto que se da todo el mundo cuando juega contra los Raptors, los Lakers retomaron la buena linde contra Utah Jazz. Tres partidos en la burbuja, tres rivales muy exigentes (Clippers, Raptors, Jazz) y dos victorias que garantizan (51-15 ahora de balance, 77% de triunfos) el primer puesto del Oeste de forma matemática. El asunto, en Walt Disney World y sin viajes ni aficionados (reales) en las gradas, puede ser más simbólico que otra cosa. Pero es. Los Lakers regresan a su esencia: 17 veces líderes de su Conferencia al final de una fase regular. Nueve de ellas saldadas con título, incluidas las dos últimas en 2009 y 2019, los años de Kobe Bryant, Pau Gasol y Phil Jackson. El que quiera señales…
Conviene recordar de dónde viene este equipo. Después de cuatro años sin playoffs entre su tramo en L.A. de 1960 a 2013, llevaba ahora seis años fuera de las eliminatorias, incluido el pasado, el primero de LeBron James en California. A ese fracaso se sumó el rechazo de Kawhi Leonard y la obligación, después de esperar al alero mientras se secaba la agencia libre, de recurrir al plan B, casi al C, para construir la plantilla. Muchos dudaron también de Frank Vogel. Y DeMarcus Cousins, una especie de wildcard tras su sufrido paso por los Warriors, se rompió la rodilla en verano. Entonces, algunos profetas del apocalipsis pronosticaron a unos Lakers en el furgón de cola de los playoffs del Oeste... como mucho. La temporada, desde luego, ha sido un tremendo éxito: identidad, defensa, química… muchas victorias y, una década después, el primer puesto del Oeste.
Contra los Jazz, y pese a que echaron de menos la defensa exterior de Avery Bradley (ausente en la burbuja) ganaron con buen tono (108-116). Los de Salt Lake City no han podido (0-3) darse una alegría esta temporada contra el equipo al que más odian sus aficionados, uno que vuelve a imponer: LeBron James flirteó con un eficiente triple-doble (22 puntos, 8 rebotes, 9 asistencias, 9/16 en tiros) y Anthony Davis se sacó la espina de la angustia vital en la que le metieron las ayudas defensivas de los Raptors. Vogel le pidió agresividad y Davis, que totalizó 7 en el anterior partido, llevaba 10 tiros en seis minutos y medio. Jugó por fuera para minimizar el efecto Rudy Gobert, anotó 4 triples (4/8) y terminó con 42 puntos, 12 rebotes, 4 asistencias y un 13/28 en tiros. Devastador en defensa y en ataque, jugó uno de esos partidos que hacen pensar que los Lakers, con él y con LeBron, son tan favoritos como cualquiera. Como mínimo.
Kyle Kuzma y Dion Waiters, las mejores noticias de la burbuja, jugaron bien. El primero está defendiendo a un gran nivel, atacando con inteligencia y anotando. Esta vez se quedó en 9 puntos pero metió un triple decisivo cuando el último empeño de los Jazz había convertido un 107-93 en un 107-101 con casi dos minutos por jugar. Los Jazz (42-25), sin Bogdanovic en Florida, dieron la cara pero cada vez parecen menos una amenaza de verdadero calado de cara a las eliminatorias. Donovan Mitchell anotó 33 puntos y Mike Conley 24 con 8 asistencias. Por dentro, Gobert acabó con 16 puntos y 13 rebotes pero también con un -8 en pista, la peor cifra de los titulares de un equipo con un banquillo extrafino, especialmente si Jordan Clarkson (2/13) tiene el día torcido. Un buen equipo, en definitiva, pero que no pudo con un gran equipo: los Lakers. Otra vez, líderes del Oeste. Y en dos semanas, playoffs.