Rudy Gobert, pívot francés de Utah Jazz, fue el primer jugador de la NBA que dio positivo por coronavirus. De hecho, su caso precipitó la suspensión de la temporada 2019-20, el pasado 11 de marzo. Una decisión a la que siguió una catarata de suspensiones y cancelaciones en todo el deporte mundial. Gobert, además, tuvo unas semanas muy movidas: por sus bromas con los periodistas antes de la confirmación de su positivo, por su polémica con un Donovan Mitchell que pensaba que había sido contagiado por su compañero...

Después, Gobert se alineó en la concienciación y la lucha contra un coronavirus que ahora, más de tres meses después, le sigue dejando secuelas, tal y como ha reconocido en una entrevista a L'Equipe: "He recuperado el gusto pero el olor todavía no, no al 100%. No huelo nada que no está cerca. He hablado con especialistas y me dicen que los efectos pueden durar hasta un año".

Gobert (28 años) estará con Utah Jazz en regreso de la NBA, fijado para finales de julio en el complejo de Walt Disney World, en Florida, una zona donde el coronavirus hace estragos ahora mismo. Una de las preocupaciones de los jugadores es, precisamente, cuáles pueden ser los efectos a largo plazo de una nueva enfermedad sobre la que todavía desconocen demasiadas cosas los científicos.