Ver a Kerr bebiendo ayudó a que Durant jugara en los Warriors
El entrenador relata este testimonio en un libro sobre la racha victoriosa de los Warriors durante los últimos años, donde Kevin Durant fue clave.
Los Warriors han ganado tres títulos en cuatro años y han estado en las últimas cinco Finales NBA, lo que entra dentro de la definición de dinastía. La misma tiene varias partes: reinvención del juego antes de que llegara Kerr, perfección con un entrenador novato que les lleva a ganar, una sonada derrota en la mejor temporada de la historia, un fichaje estelar siendo ya los mejores, un doblete y unas lesiones que se llevaron por delante algo más que un campeonato. Por ello, no sólo por el mero palmarés sino por cómo se ha cimentado, se escriben libros como el de Ethan Strauss: The Victory Machine. Las hazañas así se narran con artículos de lujo como es la mencionada publicación, el repaso de uno de los periodistas más pegados al equipo a un equipo legendario. Y con curiosidades como la siguiente...
Un convencimiento etílico
Uno de los episodios sitúa al lector en 2015. Concretamente, en el All-Star. Los Warriors ya aspiraban a todo pese a que los Spurs seguía siendo una fuerza reductora de todo lo nuevo en la Conferencia Oeste. Stephen Curry ya despuntaba, ganaría meses después el primero de sus dos MVPs hasta la fecha, y a Steve Kerr le tocaba ser entrenador en esta cita de mitad de temporada. Uno de los máximos rivales de los Warriors, los Thunder, tenía allí a un representante en Kevin Durant. Sí, el que un año más tarde les tuvo contra las cuerdas y fichó por ellos en un 4 de julio inolvidable. Durant se sintió fascinado allí, quién sabe si por primera vez, por el estilo que estaban aplicando los miembros de la franquicia californiana en su día a día.
"Mucha gente dentro de los Warriors cree que aquel momento de fascinación hizo mucho para que Durant se acabara uniendo al equipo. Kerr estaba en su momento álgido, bromeando mucho, pese a que estaba a pocos meses de pasar por una cirugía de espalda que salió mal. Hacía coñas con los procedimientos médicos. Hubo un momento en el que Durant pilló a los entrenadores de los Warriors bebiendo unas cervezas dentro del vestuario. '¿Así que esto de lo que va todo?', preguntó Durant, y los técnicos no le dijeron que no", narra Strauss y prosigue el propio Kerr: "Sé que la forma en la que hacíamos las cosas era muy particular. Muy diferente a Oklahoma City o San Antonio, con más soltura. Dábamos mucha libertad a los jugadores. Y creo que aquello atrajo a Kevin. Mucha gente nos vio jugar después de ese primer año, vio cómo dominábamos la Liga y les gustó nuestro estilo. Veían el talento que teníamos, cómo jugaban nuestros chicos y querían ser parte de ello. Es lo que le pasó a Kevin".
La historia ya sabemos cómo acaba, con final triste: Durant, lesionado en el tendón de Aquiles durante las Finales ante los Raptors por forzar estando ya mal físicamente, abandona el equipo con algunas peleas con compañeros en la mochila para irse a los Nets junto a Kyrie Irving. Su llegada a Golden State fue mala y su salida también, pero no sólo la esperanza de ganar el Anillo le hizo jugar allí: también unas cervezas.
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