"Algunos jugadores querían que Atkinson se marchara"
La marcha del entrenador de Brooklyn se dibuja como un plácido acuerdo, pero según Anthony Puccio hay algo más tras su salida. Durant e Irving, señalados.
Kenny Atkinson ha dejado de ser entrenador de Brooklyn Nets tras tres temporadas y media en el banquillo. La labor del técnico, que llegó desde Atlanta Hawks en el verano de 2016, ha sido todo un ejemplo: cogió un proyecto a la deriva y lo dotó de sentido, de orden y de belleza con todas las limitaciones posibles por aquel loco movimiento con Boston Celtics, que dejó hipotecado a la franquicia durante cinco años desde 2014. La manera con la que elevó a los Nets de la nada a los Playoffs en tres temporadas, con un juego atractivo y reconocible, colocaron a Atkinson como uno de los mejores entrenadores de la NBA.
Por eso, su marcha de la Gran Manzana ha sido todo un impacto. No se esperaba. Toda una sorpresa que desde los Nets se ha vendido como una pacto entre caballeros. “Tras hablar con Kenny sobre el progreso de la temporada, ambas partes hemos acordado que un cambio de entrenador sería lo más interesante para el equipo. Fue una decisión extremadamente difícil, aunque la franquicia cree que es necesaria en este momento. Kenny fue una pieza clave en el desarrollo de nuestros jugadores y en la construcción de una identidad y una cultura por la que hemos llegado a ser conocidos las últimas cuatro temporadas”, comunicó Brooklyn a través de un comunicado.
Sin embargo, su adiós puede haber sido forzado desde dentro del vestuario. “Algunos jugadores querían su marcha”, asegura Anthony Puccio (Nets Daily) a través de Twitter. “Mi fuente no me indica nombres, pero eso es lo que me dicen”. Una afirmación que ha llevado a todo el mundo a apuntar a dos nombres: Kevin Durant y Kyrie Irving.
"Si ambos quisieran que siguiera, Atkinson seguiría"
Antes de la llegada de ambos este verano a los Nets, el equipo era una balsa de aceite y la situación de Atkinson era perfectamente estable. Ahora, con su impactante marcha, cuando el equipo está en la séptima posición del Este (los playoffs son casi un hecho) sin la necesidad de las dos megaestrellas, todo hace indicar que algo ha cambiado dentro de la organización. Y la principal variación de un año para otro son KD e Irving.
Ambos son el caballo ganador cuando se habla de terremotos dentro de una organización. Durant dejó en la estacada a Oklahoma City Thunder y su etapa en Golden State Warriors, al margen de anillos, estuvo marcada por la distancia con los tres pilares de la franquicia: Curry, Thompson y Green. "Hubo un momento en el que Durant dejó de hablar con sus compañeros. Estaba realmente aislado y sentía que no tenía a nadie cercano en el equipo. El único compañero con el que sentía más cercanía era Quinn Cook", aseguró el pasado curso Chris Haynes (Yahoo Sports) tras su desencuentro con Draymond Green por los constantes rumores sobre su marcha de los Warriors (que él nunca dejo de alimentar): “Vete, no te necesitamos”, cuenta el propio Haynes que le dijo al alero.
Irving, por su parte, deja marca allí por donde pasa. Es Atila. Forzó su salida de Cleveland cansado de estar bajo la sombra de LeBron James, creando un caos en los Cavaliers, que casi tuvieron que regalarlo para apagar el fuego. Su estancia en Boston no fue nada del otro mundo. Su estilo de juego afectó el ecosistema establecido durante años por Brad Stevens y los Celtics naufragaron en una temporada que también tuvo su cupo de ausencias por lesiones (y de críticas internas). Algunas evidentes, otras extrañas.
“Si Kyrie Irving y Kevin Durant quisieran que Kenny Atkinson fuera el entrenador, él sería el entrenador”, sentencia Stefan Bondy (New York Daily News).