NBA

La marcha de Juancho a los Wolves, ¿buena a corto plazo?

Cambia un aspirante al título donde no contaba con muchos minutos por uno de los peores equipos de la NBA donde demostrar su potencial en un momento clave de su carrera.

Harry HowAFP

El traspaso a cuatro bandas con 12 jugadores implicados que ha acabado con Juancho Hernangómez en los Minnesota Timberwolves puede parecer decepcionante en una lectura rápida de la situación. El español formaba parte de una de las plantillas más potentes de la Liga, la del equipo que le drafteó en la primera ronda de 2016. Su paso por la franquicia de Colorado ha tenido más momentos tristes que alegres. De estos últimos hay que destacar sobre todo el tramo de la pasada campaña en el que por las lesiones de varios compañeros fue titular en 25 partidos dejando la sensación de que era un jugador con madera para hacer carrera en la NBA. Pero aquello ya queda lejos y este curso ha sido decepcionante para él en cuanto a los minutos y oportunidades que ha tenido.

No poder triunfar en el equipo que confió en ti nunca es un plato de buen gusto. Y cambiar a un conjunto ganador con aspiraciones a lo más alto por otro que está hundido en lo más profundo de la clasificación tampoco anima demasiado. Pero esa no sería la manera correcta de analizar este traspaso. Porque el cambio de equipo le ha llegado a Juancho en un momento clave en su carrera. Este próximo verano finaliza su contrato de rookie. Su actual franquicia, que ya son los Wolves, tienen una opción de renovarle por un año, conocida como qualifying offer, que no es vinculante para ninguna de las dos partes hasta que ambas dan el visto bueno y que sirve más para que el equipo tenga opción de tanteo, ya que el jugador es de facto un agente libre que puede negociar con cualquier otro club. Lo importante de todo esto es que Juancho va a salir al mercado cuando acabe la temporada y si quiere que su carrera en la mejor liga del mundo no acabe antes de lo esperado necesita minutos con los que demostrar que es un jugador capaz de aportar a buen nivel en una franquicia de la NBA.

Por eso este traspaso puede ser positivo para él en un futuro inmediato. Porque si todo sucede como marca la lógica, Juancho debería jugar más en los Wolves de lo que lo hacía en los Nuggets y el equipo de Minnesota se puede convertir en el escaparate perfecto en busca de lo que debería ser su próximo contrato en la NBA. La competencia que va a encontrarse en su nueva franquicia es bastante menor que la que tenía en Denver, un equipo plagado de jugadores que pueden ocupar los puestos de 3 y de 4, justo las dos posiciones donde él se mueve en la pista. En los Wolves la posición de 3 suele ser para Andrew Wiggins, una de las dos estrellas del equipo junto al pívot Karl-Anthony Towns. En cualquier caso Wiggins también puede jugar de escolta, así que Juancho podría compartir la cancha con él, bien actuando de alero o bien de ala-pívot. 

Combinando estas dos posiciones era habitual en el quinteto titular Robert Covington, un buen defensor y supuestamente especialista en el triple que ya no pertenece a la disciplina de los Wolves. También ha sido una de las piezas del megatraspaso de la noche y ha acabado en los Houston Rockets. El resto de jugadores de la plantilla que pueden pelear el puesto con Juancho no son de un nivel suficiente como para que no tenga minutos suficientes con los que volver a su mejor forma. Ahora hace falta que le consideren algo más que un triplista, que ha sido muchas veces la función para la que le dejaban en los ataques de Denver. Pero al mismo tiempo también le interesa mejorar sus estadísticas desde el perímetro y volver a los números del año pasado, cuando promedió un 36,5% lanzando casi tres veces por partido, a diferencia de lo que estaba haciendo este año: 25,4% tirando menos de dos veces. Y le interesa porque los Wolves son el tercer equipo que más triples tira y el séptimo que más mete, pero al mismo tiempo es el que tiene el segundo peor porcentaje de toda la NBA (32,6%).

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