Los Mavericks acabaron doblemente apenados su encuentro ante los Clippers. Primero, por la derrota (107-110) ante uno de sus rivales de su conferencia,  pero también por una grave lesión que puede trastocar mucho sus planes para lo que queda de temporada y el futuro de la franquicia a medio plazo. 

En el primer cuarto, en una jugada en la que cogió el balón en solitario fuera del arco e intentó avanzar hacia el aro, el ala-pívot Dwight Powell cayó al piso y se echó la mano, entre evidentes gestos de dolor, a la pierna derecha. Se temía lo peor. 

No hay parte médico oficial, pero los jugadores y los medios ya lo dan por seguro. Shams Charania (The Athletic), uno de los periodistas mejor informados en Estados Unidos, asegura que Powell sufre un desgarro en el tendón de Aquiles que le llevará a no jugar más esta temporada. No se sabe cuánto estará fuera de las canchas, pero este tipo de lesiones suelen rondar el año completo (12 meses, como mínimo). 

Powell estaba manteniendo sus prestaciones (9,6 puntos y 5,7 rebotes por partido) de la temporada, en la que tuvo mucha presencia al ser un año de transición, pese a que ahora comparte posición con Kristaps Porzingis. La casualidad llegó al American Airlines Center: el letón volvía a las pistas tras medio mes de baja por precaución, disipando las dudas que existían sobre sus rodillas, y el canadiense es el que cae. 

Las lesiones en el tendón de Aquiles están siendo demasiado cotidianas en la NBA. Kevin Durant, John Wall, Rodney Hood, David Nwaba o DeMarcus Cousins se encuentran de baja en estos momentos por esta razón y uno de sus compañeros, J.J. Barea, ha salido recientemente de una similar.