NBA | MAVERICKS 110 - LAKERS 119
Doncic hinca la rodilla ante El Rey en un partido para los anales
El futuro, personificado en la figura del esloveno, sucumbió ante un pasado, LeBron, que lucha incansablemente por seguir siendo el presente. Partidazo en Dallas.
Aclarado para LeBron, que se juega el uno contra uno contra Doncic. Dribla. Da un paso atrás. Lanza de tres. Dentro. Ese fue el final. A falta de 1:31 para el final de la prórroga, Su Majestad El Rey ponía a su equipo 7 puntos arriba (108-115) dando una ventaja definitiva que serviría para que los Lakers se llevaran el que ha sido, sin duda y de lejos, el mejor partido en lo que llevamos de temporada. Un encuentro para los anales que tuvo de todo pero que, por encima de eso, tuvo a la estrella angelina y al joven jugador de los Mavericks como auténticas referencias.
La NBA es una Liga en la que ocurren cosas inimaginables. Una competición en la que un partido más no tiene por qué ser solo un partido más. Puede no significar nada o puede cambiarlo todo. Y no se puede decir que este encuentro vaya a suponer una revolución, pero desde luego estamos ante un duelo generacional que bien podría significar, a la larga, el relevo definitivo. El futuro, personificado en la figura de Doncic, desafió y sucumbió ante un pasado, LeBron, que lucha desesperadamente por seguir siendo el presente y, por qué negarlo, por llegar al olimpo, a esa inalcanzable cima de retirarse como el mejor jugador de todos los tiempos.
El partido fue impresionante. Ambos equipos llegaban con un récord idéntico (3-1) pero con historias distintas. Los Lakers están dando los últimos coletazos de una reconstrucción eternamente postergada, pero los Mavs se encuentran en el inicio de su proyecto particular, que da sus primeros pasos tras despedir el pasado mes de abril a Dirk Nowitzki, el sustento deportivo y moral de una franquicia en la que rompieron barreras para Europa y que allanó el camino para que hombre como Doncic precisamente puedan hacer hoy lo que el esloveno está haciendo.
El inicio del duelo fue una muestra de lo que estaba por venir. LeBron colgaba el balón pra que Davis machacara en la primera jugada del partido. Doncic haría lo propio con Dwight Powell en el otro lado. Se abría la veda nada más empezar. Los Mavs, en condición de locales aunque con un público siempre con seguidores de los Lakers (sobre todo en la época de Kobe), fueron los que llevaron la iniciativa la mayor parte del duelo. Ya iban cinco arriba cuando acabó el primer cuarto (25-20) y aumentaron su distancia al descanso (58-48), con buenas sensaciones y varias acciones en las que Luka desafiaba abiertamente a James, con el que se emparejó en varios momentos en pista.
Las cosas cambiaron en la reanudación. Los Lakers llegaron a iniciar el duelo en varios momentos, aunque un nuevo tirón final de los Mavs dejaba la ventaja en 9 puntos (86-77) con 12 minutos por delante. Ahí fue donde apareció Fran Vogel, que sacó a relucir el carácter defensivo que siempre le ha acompañado para ajustar atrás y dejar a los locales en 18 puntos en el último periodo. Eso sí, el duelo se resolvió al final y necesitó de una prórroga para inclinar la balanza.
Antes de la misma vimos como Doncic penetraba y la ponía en la esquina después e atraer literalmente a toda la defensa de los Lakers. A los 5 defensas. Allí estaba Finney-Smith, que anotaba un triple que ponía el 102-100. Una canasta celebrada por la afición como ganadora. En la jugada siguiente, Bradley fallaba, Doncic atrapaba el rebote y LeBron hacía falta a Dwight Powell, que tuvo en su mano el encuentro pero solo anotó un tiro libre. Los visitantes tendrían una nueva oportunidad. Era el momento de El Rey, que calcó la jugada de su hoy némesis para ponérsela a Danny Green en la esquina y que este empatara el choque literalmente sobre la bocina.
En la prórroga no hubo historia. Simplemente, los Lakers fueron mejores. El triple de James ante Doncic mencionado al principio sentenció un duelo que si hubiera sido de playoffs ya formaría parte de la historia de la NBA. Un encuentro sublime en el que se demostraron dos cosas: que los Mavs pueden y sobre todo, quieren. Y que los Lakers están aquí. Que han venido para quedarse. La histórica franquicia tiene ahora un récord de 4-1 y ha dormido en lo más alto de la Conferencia Oeste. Algo insólito para una franquicia que vive su mejor inicio desde la 2010-11. Casi nada.
Los datos y los récords del partido
El encuentro trasciende más allá de los números, pero no por ello tenemos que dejar de mencionarlos. Solo mirando las estadísticas observas que el choque ha sido absolutamente impresionante. LeBon James acabó con 39 puntos, 12 rebotes, 16 asistencias, 4 robos y 1 tapón. Acabó con un impresionante 56% en tiros de campo (13 de 23) y un 44 en triples (4 de 9). El alero lleva los 5 duelos disputados jugado de playmaker y lo estaba haciendo bien, pero la exhibición de hoy constata que sigue siendo el de siempre y que los años, 35 el próximo 31 de diciembre, no pasan por él. Doncic firmó otro partido impresionante. 31+13+15, su segundo triple-doble de la temporada. Y mejoró en el tiro, donde no estuvo fino en los últimos duelos: 10 de 23 en tiros de campo y sobre todo 4 de 9 en triples.
Ambos jugadores batieron varios récords con sus números. LeBron se ha convertido en el jugador más mayor de la historia en lograr más de 30 puntos, más de 10 rebotes y más de 15 asistencias en un solo encuentro... mientras que Doncic ha sido el más joven en conseguir lo mismo. El esloveno además ha logrado convertirse en el jugador más joven de la historia de la NBA en lograr su décimo triple-doble por delante de Magic Johnson y, cómo no, LeBron. Y también por primera vez hubo dos jugadores que, siendo oponentes, lograron un triple-doble con 15 o más asistencias en el mismo partido. Simplemente espectacular.
Evidentemente, no jugaron solos. Pero también es evidente que las actuaciones del resto pasan desapercibidas al lado de dos genios del baloncesto. Davis finalizó con 31 puntos y 8 rebotes para secundar a LeBron, números que serían espectaculares en cualquier otro partido pero no en este. Danny Green destacó con 14 puntos y el triplazo que forzó la prórroga, mientras que Bradley cuajó buenos minutos y se fue a los 11. Volvió Kuzma, que disputó 18 minutos para 9 puntos y volvió a funcionar Howard con 4 puntos, 8 rebotes, 2 robos y 2 tapones.
Por parte de los Mavericks, se vio poco de Porzingis (16+9), que ha empezado bien la campaña pero que hoy ha sido totalmente relegado a un segundo plano por Doncic. Finney Smith hizo un poco de todo (7+10) y debutó Marjanovic, que se fue a los 4 puntos y 7 rebotes. Dallas fue de nuevo algo más que Doncic y tuvo a cinco jugadores por encima de los 10 tantos anotando todos menos Justin Jackson (que solo disputó dos minutos) y aportando el banquillo 38 puntos.
Es cierto que los números son espectaculares, pero lo que es más cierto todavía es que es necesario ver el partido. Solo así se puede ver la trascendencia que tiene LeBron y el fervor que despierta Doncic en Texas. El encuentro fue impresionante en todas sus partes y el duelo entre ambas estrellas, que se fundieron en un abrazo al concluir el choque, brutal. Un regalo para los aficionados a estas alturas de la temporada.
¿Y ahora qué?
Esa es la gran pregunta. ¿Se pueden empezar ya a sacar conclusiones o todavía tenemos que esperar? ¿Puede ser una Lakers-Mavericks un duelo de playoffs? Visto lo visto, se puede sacar la conclusión de que, efectivamente, estos dos equipos pueden estar en la fase final. Otra cosa es en qué posición. Visto lo visto. Es verdad que la temporada acaba de empezar, pero los Lakers están jugando cada vez mejor y Kuzma ha vuelto a una rotación a la que pronto se incorporará Rondo.
Y los Mavs, por su parte, tienen que seguir trabajando. Ante los angelinos se han desfondado en el último cuarto, algo que tienen que evitar en otros partidos y en una temporada que es muy larga y que puede hacerse todavía más larga para un equipo joven. Pero la crisis de los Warriors deja una vacante en playoffs que todos en el ultracompetitivo Oeste quieren aprovechar. Y Dallas ya ha presentado su candidatura.
Lo que está claro es que las cosas han cambiado. Para bien o para mal. Antaño, los Lakers no habrían sido capaces de llevarse este partido. Lo habrían peleado, habrían tenido opciones, pero habrían caído. Todo es distinto ahora. Vogel parece asentado y la plantilla le respeta. Davis funciona, el equipo rinde... y LeBron ya está aquí. Antes de que empezara la temporada dijimos que los de púrpura y oro tenían motivos para soñar con el anillo y el mayor de ellos vuelve a ser El Rey. Es la mejor conclusión que podemos sacar de ese y ahora qué. Tenemos que disfrutar mientras podamos de este jugador. Porque algún día no estará. Y le echaremos de menos.