Los Mavs, más allá de Doncic y Porzingis: ¿motivos para soñar?
Ritmo de juego, baloncesto coral, puntos desde el banquillo... los tejanos tienen un récord de 3-1 y están demostrando que son mucho más que Doncic y Porzingis.
Los Mavericks sueñan. De momento es solo eso, un sueño, pero la franquicia tejana ha sumado ante los Nuggets su tercera victoria de la temporada y las cosas van viento en popa para ellos en este inicio. Victorias ante los Wizards, los Pelicans y ahora ante Jokic y compañía en una pista que solo fue conquistada 7 veces la campaña pasada (34-7, mejor home récord en la NBA) y que está comandada con uno de los cocos de la actualidad y el equipo que logró el segundo mejor récord del ultracompetitivo Oeste hace solo unos meses.
Y entre medias una derrota de milagro ante los Blazers en un encuentro que bien podría haber caído del lado de los Mavs y que constata que el equipo dirigido por Rick Carlisle ha estado más cerca del 4-0 que del 2-2. Buenas sensaciones y encuentros dispares, los dos primeros con una excelente aportación de Doncic y Porzingis y los dos siguientes con peores números, algo que no ha impedido que los tejanos sigan siendo competitivos y que demuestren que tienen muchos argumentos en el presente curso baloncestístico más allá de sus estrellas.
Hay varios datos que nos demuestran que en Dallas hay motivos para soñar. El ritmo de juego ha aumentado, la intendencia está respondiendo y el banquillo está produciendo. Carlisle, que todavía se encuentra haciendo pruebas y ajustando piezas, no ha repetido quinteto en ninguno de los cuatro partidos disputados (Doncic y KP son intocables) y si bien no ha habido una regularidad uniforme dentro de la plantilla, siempre hay jugadores que producen. Es decir, no siempre destacan los mismos pero siempre hay alguien que destaca. Algo muy positivo para un grupo joven que todavía tiene que encontrar constancia pero que se está mostrando muy activo y voluntarioso en todas sus partes.
Todos suman en Dallas
En el primer duelo ante los Wizards Doncic sumó 34 puntos, 9 rebotes y 3 asistencias y fue acompañado por Porzingis (23+4+2). Los Mavs ganaron en casa dejando a sus rivales en 100 puntos y con una gran aportación coral, que si bien fue relegada a un segundo plano debido al extraordinario debut de la estrella eslovena, es imposible de negar: hasta cuatro jugadores estuvieron por encima de los 10 tantos y Seth Curry y Jalen Brunson sumaron 9 por cabeza. Todos (los que disputaron algún minuto) anotaron menos Maxi Kleber, que solo intentó un tiro de campo. En total, 42 puntos desde el banquillo. Es decir, casi el 40% de la anotación total del equipo estuvieron en manos de los suplentes. Además, los tejanos sumaron 46 rebotes, 17 asistencias, 6 robos y 5 tapones y aunque fueron superados por sus rivales en rechaces (47 de los Eizards) y pases a canasta (26) lanzaron con un 46% de acierto en tiros de campo y con un 30% en triples, muy por encima del 40 y 27% en el que dejaron a los visitantes.
La tendencia se repitió en el segundo asalto ante los Pelicans. Triple-doble de Doncic y 24 puntos para Porzingis. Los de Carlisle ganaron su segundo partido consecutivo y el primero fuera de casa con todos los jugadores anotando, 4 de ellos por encima de los 10 puntos y todos, menos Courtney Lee, con 7 o más puntos. Datos extraordinarios que se redondean con los 51 puntos que aportó en banquillo de unos Mavs que mejoraron en todas las facetas del juego respecto al debut: más rebotes (49), asistencias (23), robos (8) y tapones (7, 5 de ellos de Porzingis) con un 48% en tiros de campo y un 35 % en triples, porcentajes muy parecidos en esta ocasión a los de sus rivales (46 y 36).
Hay un cambio entre estos dos primeros encuentros y los dos siguientes en lo que se refiere al papel de Doncic y Porzingis. En el primer duelo, suman entre ambos 57 puntos, 13 rebotes y 5 asistencias con un 54% en tiros de campo de manera combinada. En el segundo se van a 49+14+13 y un 50% en tiros, de nuevo buenos números que les permiten llevarse una victoria trabajada ante unos Pelicans que, eso sí, les endosan 116 puntos.
Las estadísticas bajan en los siguientes compromisos. Ante los Blazers anotan más que en ningún otro duelo (61) y también logran más rechaces (21) dando de manera combinada más pases a canasta (14). Sin embargo, se quedan en 19 de 44 en tiros de campo (un 43%) y, sobre todo, en 5 de 21 en triples (2 de 11 para Doncic). Contra los Nuggets la actuación ha sido todavía peor, esta vez tanto en números como porcentajes de tiro: solo 22 puntos entre ambos (con 18 rebotes y 8 asistencias) con un pobre 27% en tiros (7 de 26) y un peor todavía porcentaje en triples (14%) con solo 2 acertados en 14 intentos (1 de 8 Luka y 1 de 6 KP).
Lo positivo para Dallas es que el bajón de sus estrellas (en solo cuatro partidos de temporada regular, es importante recalcar esto) ha tenido una respuesta positiva por parte del resto del equipo. Contra los Blazers anotaron de nuevo todos los jugadores que disputaron algún minuto y 5 de ellos superaron los 10 puntos. Además, Delon Wright (8 untos y 5 asistencias) y Dorian Finney-Smith (6, con 9 rebotes) se mostraron también participativos. La cifra de anotación del banquillo fue la más baja de los cuatro encuentros disputados (32 tantos, solo el 27% de los puntos totales del equipo) pero se repartieron hasta 27 asistencias (14 más que los Blazers) y, sobre todo, se estuvo a punto de ganar un partido que se jugó (muy) mal y a un rival que la campaña pasada jugó las finales del Oeste.
En el último encuentro ante los Nuggets ha sido donde más importante han sido la intendencia y el banquillo. 9 de los 10 jugadores que han jugado han superado los 10 puntos, un dato que iguala el récord de la franquicia establecido en 1986 en un encuentro ante los Sonics en el que Dallas anotó 147 puntos y en el que, por cierto, los Mavs se pusieron 3-1. En el partido de la pasada madrugada ningún baloncestista pasó de los 14 tantos, todos los que jugaron anotaron (Dwight Powell, el que menos, se quedó en 4 puntos) y el banquillo sumó 61 puntos. Y con muy buenos porcentajes. De hecho, los que peor tiraron fueron la pareja de estrellas, ya que el equipo en general finalizó con un 49% en tiros y un 35% en triples. Dicho de otra manera: todo el equipo menos Doncic y Porzingis superaron el 50% en tiros de campo. Algo que o bien deja mal a la los europeos... o demuestra que los tejanos pueden funcionar si sus referencias no tienen el día, una teoría que probablemente se ajuste más a la realidad.
¿Motivos para soñar?
Es muy pronto para decirlo. De hecho, es pronto para sacar conclusiones de cualquier equipo y de predecir nada más allá de las cosas que ya se pensaban antes de comenzar uno de los cursos baloncestísticos más revolucionarios e interesantes de la historia reciente. Pero de igual manera que hemos visto una cara de los Warriors desconocida en los últimos cinco años también podemos observar una tendencia positiva en este inicio de los Mavericks.
Los datos del banquillo no son los únicos que nos dan pistas sobre hasta dónde puede llegar este equipo. El pace (número estimado de posesiones cada 48 minutos, es decir, ritmo de juego) está siendo el más alto desde que Rick Carlisle llegara a la franquicia (101,6) y el tercero más alto de la historia de los Mavericks (102,8 en la 1982-83 y 102,2 en la 1985-86). También el rating ofensivo está en su máximo en la era Carlisle (113) y es el segundo mayor que el equipo ha tenido nunca (114,9 en la 1986-87). Tienen que mejorar en defensa (109 de rating, mejor que en las dos últimas campañas pero peor que en las nueve anteriores) donde ya han mostrado mejorías, dejando a los Wizards en ascuas y frenando a Jokic, que a pesar de firmar un triple-doble solo anotó 10 puntos intentando 8 tiros.
Más. El equipo tiene a dos jugadores por encima de los 20 puntos (Doncic 25 y KP 22) y del resto, solo Wright supera los 10. Sin embargo, de la rotación de 11 jugadores que hasta ahora ha utilizado Carlisle (JJ Barea y Bojan Marjanovic no han debutado) hay 7 por encima de los 9 puntos y 9 de los 11 están en 7,5 tantos o más. Powell (4) y Lee (3) cierran la estadística, siendo éste último el que menos juega (11') dentro de una plantilla en la que hasta 8 jugadores están en pista al menos 20 minutos por encuentro. Mención especial en esta parte a Tim Hardaway y Jalen Brunson, de lo mejor del equipo en el último encuentro. Los Mavs tuvieron un +23 con el ex de los Knicks en pista y con el sophomore, compañero de generación de Doncic, un +20. Ambos son precoces y tienen mucho margen de mejora y si consiguen cierta regularidad pueden ayudar mucho a la franquicia.
Y más. Los Mavs son el cuarto equipo que más puntos ha anotado (entre los que llevan cuatro partidos), el equipo que menos tapones recibe de la Liga, el segundo con mejor porcentaje en tiros de dos y también el segundo que más tiros libres mete e intenta. Unos datos que alaban el trabajo de un Carlisle que todavía tiene que ajustar piezas y que, debido a su dilatada experiencia, hará a buen seguro. El técnico, que llevó a la franquicia en 2011 al primer y único campeonato de su historia, afronta su primera temporada sin Nowitzki y tiene que reinventarse, algo que de momento está sabiendo hacer.
En definitiva, los Mavs van bien. La clave será mantenerse así. Los inicios de temporada a veces son engañosos y los equipos no siempre consiguen una regularidad muy necesaria para llegar a unos playoffs que siempre son caros, sobre todo en el Oeste. Es muy pronto para sacar conclusiones. Es un hecho. Pero también es un hecho que, los Dallas Mavericks, que tienen un equipo que va más allá de Doncic y Porzingis, tienen motivos para soñar.