Duelo bestial: Towns (36+14) frustra la fiesta de Kyrie (50+8+7)
Tremendo partido de Irving, que falló en el último ataque de la prórroga después de resbalarse. Los Nets remontaron 18 puntos... pero perdieron en el tiempo extra.
La noche era perfecta para los Nets. Hace no tanto, el equipo en peor situación de la NBA después de aquel traspaso por Paul Pierce Kevin Garnett (12 de julio de 2013) que les dejó literalmente con poco presente... y sin ningún futuro. Después de unos años de trabajo extraordinario del tándem general manager-entrenador que forman Sean Marks y Kenny Atkinson, el equipo de Brooklyn estrenaba temporada 2019-20 con Kevin Durant (anunciado el primero) y Kyrie Irving en su roster, ante un público que tenía que frotarse los ojos y que por ahora solo disfrutará de la mitad de su milagro: con la lesión en el tendón de Aquiles que estropeó su intento de reaparición heroica en las Finales, lo normal es que Kevin Durant no juegue en toda la temporada. Y que este sea el show de Kyrie Irving, que regresa a casa (se crió en New Jersey) tras salir mal de los Cavaliers y peor de los Celtics.
Y el partido inaugural fue el show de Kyrie, vaya que sí... pero también el de Karl-Anthony Towns, que tiene su propia agenda y esa no pasa, parece obvio, por asistir pasmado a las demostraciones de otras estrellas. Comprometido por fin al máximo con los Wolves desde que Ryan Saunders (33 años) se puso al frente del banquillo, demostró en Brooklyn (ya lo hizo en el último tramo de la temporada pasada) que cuando su equipo entiende que es el jugador franquicia y que tiene que jugar para él, pasan cosas buenas. También en Brooklyn, donde los Wolves sumaron en la prórroga (126-127) una victoria espectacular, reivindicativa y que enfrió a una grada que había asistido maravillada a un choque de estrellas colosal, la máxima anotación entre dos rivales en un primer partido de temporada desde que Michael Jordan (54) y Ron Harper (36) metieran 90 en 1989. Kyrie acabó con 50 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias. No perdió ni un balón, anotó 7 triples (7/14) y superó el 50% en tiros (17/33). Antes de la prórroga enlazó 9 puntos seguidos que pudieron inclinar la balanza... pero a falta de 5 segundos Jarrett Allen falló dos tiros libres y Taurean Prince (15+11) tampoco pudo sacar nada limpio del rebote de ataque. Al final del tiempo extra, en el último ataque, Kyrie se resbaló, se estabilizó, lanzó... y falló. Hubiera sido un final de película para una actuación de película... sin cierre a los Hollywood. Lo evitó Towns, imperial: 36 puntos, 14 rebotes, 3 asistencias y otros siete triples (7/11), el principal para contrarrestar (115-115) uno de Kyrie que sonaba a jaque al lobo rondando el último minuto.
El partido fue una carrera pletórica en la que los Wolves salieron con el turbo (28-46 en el segundo cuarto, 56-68 al descanso) y los Nets respondieron con un segundo tercer parcial de +17 (37-20) y abierto con un 15-2 que les puso por delante. Cuando llegaron al último cuarto con ventaja y la carretera aparentemente inclinada hacia abajo (98-90) se enredaron en un carrusel de pérdidas (7 en pocos minutos) que facilitaron un parcial de 0-11 (98-101) que devolvió al partido a unos Wolves que dejaron una buena impresión, todavía sin grandes cosas del número 6 del último draft, Jarrett Culver (4 puntos en 16 minutos), pero con un tremendo trabajo de Okogie y Treveon Graham, la aportación más o menos habitual de Teague y un partido difícil de explicar de Andrew Wiggins, que acabó con 21 puntos y las dos canastas decisivas en la prórroga (de 124-123 a 124-127) pero con un -26 en pista, un 10/27 en tiros y ninguna asistencia ni robo ni tapón. Un jugador al que Saunders quiere dar otra oportunidad pero que necesita hacer mucho más (muchísimo más) para que cambie la mala impresión que casi todo el mundo en la NBA tiene ya de él.
La temporada apunta a monstruosa para Towns, y así fue su primer partido. Lo mismo se puede decir de Kyrie, que dejó todo su muestrario de movimientos imposibles y tiros de seda... pero no pudo estrenar con victoria su etapa en los Nets. Queda mucho camino, en Brooklyn y en Minnesota.