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El "único tiro libre" a prueba, ¿otra revolución para la NBA?

La G-League probará esta temporada con un único tiro libre que valdrá uno, dos o tres puntos. Los partidos durarán así menos de dos horas.

El "único tiro libre" a prueba, ¿otra revolución para la NBA?

La G-League (tradicionalmente conocida como Liga de Desarrollo) no es solo un lugar donde jugadores jóvenes y outsiders se ganan un puesto en la NBA. Su importancia ha ido en aumento en los últimos años, vista cada vez más como alternativa de futuro al College (veremos cuando desaparezca la regla del one and done en el próximo convenio) y como campo de pruebas para la evolución de un juego que la NBA quiere dinámico y evolutivo, flexible para adaptarse a los tiempos y a una nueva generación de aficionados. Su nuevo experimento para esta temporada es muy significativo y deja claro hacia dónde van las cosas en el baloncesto estadounidense: se lanzará solo un tiro libre en cada viaje a la línea de personal.

De esta forma tras cada falta que lleve a la línea de tiros libres se lanzará solo uno y ese tendrá un valor de uno, dos o tres puntos en función de si era un adicional tras canasta, una acción de tiro de dos o señalada más allá de la línea de tres. El objetivo es claro: mejorar el ritmo de los partidos y reducir su duración total al acortar los tiempos muertos que producen las faltas personales. Un partido de la G-League duró de media la pasada temporada dos horas y cinco minutos. Según Brad Walker jefe de operaciones de baloncesto de la competición, esta nueva medida podrá situar el listón por debajo de las dos horas, algo que desde luego se ve con muy buenos ojos desde las oficinas de la NBA.

Habrá una excepción importante: en los últimos dos minutos y las prórrogas se mantendrá el formato tradicional con tandas de uno, dos o tres tiros según corresponda y el valor clásido del lanzamiento, un punto por cada uno convertido. Esto responde al miedo a que los equipos comiencen a hacer faltas todavía antes y se acabe, de forma no deseada, incentivando la infracción como efecto secundario. Con dudas sobre cómo afectaría esta medida al hábito de los equipos de hacer faltas cuando intentan remontar in extremis, se ha optado por esta fórmula después de estudiar la opción de mantener el formato clásico durante los últimos cinco minutos o los cuartos finales completos. Serán dos minutos finalmente.

Este cambio se ha barruntado durante años en la G-League y se ha discutido para la NBA este verano. Otros aspectos que llevan a la duda esa cómo afectará al descanso de los jugadores la reducción de esos parones, algo que se considera seguramente menor en una época de tantas rotaciones, y cómo cambiará la medición clásica de estadísticas: el número total de tiros libres bajará drásticamente pero también podrían hacerlo los porcentajes ya que hay estudios externos a la NBA que indican que el acierto del tirador es menor en el primer lanzamiento y sube en el segundo y en el, cuando lo hay, tercero. Por eso los equipos por detrás en el marcador podrían comenzar a hacer faltas de forma intencionada antes incluso si se mantuviera esa nueva fórmula durante los partidos completos.

Esta medida se probará la próxima temporada en la G-League y después se analizará su resultado de cara a próximas campañas de esta competición o de la propia NBA, donde ya se han tomado medidas para mejorar el ritmo de los partidos como reducir el número total de tiempos muertos de 18 a 14, ajustar el tiempo que tienen los jugadores para volver a pista tras ellos o reducir la posesión tras rebote ofensivo a 14 segundos.