Klay: "Habríamos ganado la Final si yo no me hubiera lesionado"
"Estaba en el mejor momento de mi carrera. En defensa, en el tiro... estaba más cerca que nunca de ser imparable", asegura en The Athletic.
El 13 de junio los Warriors se resistían a entregar su corona de campeones en el que iba a acabar siendo, cuando se consumó la derrota (110-114), el último partido de la franquicia en el Oracle Arena de Oakland, antes del traslado al Chase Center de San Francisco. El equipo de Steve Kerr había estado 3-1 unos días antes, después de perder dos partidos seguidos en ese mismo Oracle, pero había salvado el primer match ball, en Toronto y en un partido en el que Kevin Durant intentó convertirse en el héroe que necesitaba una situación tan desesperada. El alero estuvo menos de 12 minutos en pista y cayó con lo que acabó siendo una fractura del tendón de Aquiles.
Los Warriors sobrevivieron y se presentaron al sexto partido con el objetivo de defender su pista y forzar el séptimo, a cara de perro y a domicilio pero con, tal vez, la mano en el apartado psicológico frente a unos Raptors con menos experiencia y que habían ido perdiendo fuelle físico a medida que había avanzado la final. Sin Durant, los Warriors sufrieron (2-11 de salida) pero fueron imponiendo su juego en un tercer cuarto en el que se estaba agigantando la figura de Klay Thompson... hasta que el escolta cayó fulminado por una lesión de rodilla y los Raptors acabaron ganando, ya cuesta abajo y sin más obligación defensiva que acorralar a Stephen Curry, algo que ya había sucedido en el tercer partido, cuando tampoco jugaron ni Klay ni Durant. El primero no solo no pudo seguir sino que sufrió una lesión de ligamento que le mantendrá fuera de las pistas buena parte de la nueva temporada 2019-20. A pesar de ello, los Warriors aseguraron su continuidad en cuanto se abrió el mercado de julio con un contrato de cinco años y 190 millones de euros.
Después de su sensacional trabajo defensivo ante Rockets y Blazers, Klay asumió protagonismo en ataque en las Finales, a pesar de su problema muscular en el segundo partido y su baja obligada en el tercero. En la serie promedió 26 puntos con un increíble 58,5% en triples mientras (obligado por la ausencia de Durant) daba buenas tandas defensivas contra Kawhi Leonard. En el sexto partido, llevaba 30 puntos cuando se lesionó a falta de 2:22 para el final del tercer cuarto. Antes de irse, anotó ya casi sobre una pierna dos tiros libres para dejar a su equipo 85-80. Acababa de anotar dos triples, uno en carrera y lejano que convirtió el Oracle en territorio comanche. El séptimo partido parecía una opción cada vez más real... hasta la lesión de Klay.
El escolta también lo veía así, tal y como ha reconocido ahora en un reportaje de Marcus Thompson en The Athletic: “Tal y como yo lo veo, habríamos ganado si yo no me hubiera lesionado. Pero así es el deporte, plantearse esos condicionantes (what ifs), que habría pasado si hubiera sucedido tal o cual cosa... Es imposible saberlo. Es duro, pero hay que aceptarlo. Así son las cosas, ahora me fijo en jugadores que se lesionaron contra nosotros en años anteriores y ahora siento todavía más empatía hacia ellos”.
Klay Thompson comparte una sensación generalizada entre quienes cubrieron aquellas Finales, la de que su mejor versión estaba apareciendo en un momento en el que podía no solo revivir sino voltear la eliminatoria: “En esa serie se estaba viendo mi mejor versión en la NBA, estoy seguro. Pienso en ello cada día. Es la parte del deporte que te llena de humildad: cuando crees que estás en tu mejor momento, pasa algo traumático. Pero creo que estaba en la cúspide de mi carrera NBA cuando me lesioné. En defensa, en el tiro... creo que era uno de los mejores jugadores en pista siempre que estaba en ella. En otras series de playoffs o en Finales anteriores había cedido más responsabilidad, pero esta vez estaba más cerca de lo que nunca había estado de ser imparable".
Ahora le toca comenzar en el dique seco el primer curso de los Warriors en San Francisco, algo que no se le hará fácil si bien cree que está en la senda de recuperación correcta: “Sé en qué fase estoy todavía. Ahora me cuesta hasta visualizar que vaya a poder correr con normalidad. Veo partidos y me sorprende lo que hacía. Ya sé cómo está mi rodilla ahora pero creo que volveré mejor que nunca. No es una forma de hablar, lo creo de verdad. Nunca he estado tan motivado como ahora. Por ahora estaba siendo fácil el proceso, concentrarme solo en mi recuperación porque eso es lo que tengo que hacer. No había partidos, no había que ir al pabellón con mis compañeros... pero cuando comience la temporada va a ser muy difícil, duro de verdad".