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NBA | ANÁLISIS

Celtics y Lakers: una rivalidad que ha perdido de vista el anillo

Las dos franquicias más laureadas de la NBA llevan sin ganar un título desde 2010, cuando se enfrentaron en las Finales antes de iniciar una reconstrucción que no termina de ver la luz.

Celtics y Lakers, durante un partido esta temporada
Gary A. VasquezUSA TODAY Sports

Celtics y Lakers. Boston y Los Ángeles. La mayor rivalidad de la historia de la NBA. Las dos franquicias más laureadas. Dos equipos y dos culturas distintas sin las cuales no se podría entender la Liga norteamericana. Dos conjuntos que han protagonizado, tanto juntos como separados, momentos cruciales en el deporte estadounidense y que han trascendido más allá de sus fronteras siendo famosos en todo el mundo.

Hoy en día, tanto los angelinos como los bostonianos viven de su pasado. No pueden hacerlo de su presente: llevan 9 años sin ganar el anillo, todo un mundo para dos franquicias que suman 33 campeonatos. 17 para los Celtics, líderes históricos, por las 16 de los de púrpura y oro, que suman más Finales que nadie (31 apariciones).

La crisis, por lo tanto, es histórica para ellos, y la NBA solo vivió una sequía semejante de sus dos mejores equipos entre el 1988 y el 2000. 11 temporadas transcurrieron de un título a otro (ambos para los Lakers) en la que fue el mayor tiempo en el que ninguna de las dos franquicias estuvo sin ganar la NBA. La época dorada de Michael Jordan coincidió con la desaparición del mapa de dos conjuntos que venían de dominar los 90.

Una rivalidad fraguada en los 60

La historia de ambos equipos ha marcado buena parte de la Liga. Cuando los Lakers estaban en Minneapolis lograron su primera gran dinastía entre finales de los 40 y principios de los 50. Años después, la llegada de Bill Russell marcó un antes y un después. Sus Celtics dominaron la NBA como nadie lo ha hecho antes: 11 anillos en 13 años que dejaron al pívot como el hombre con más campeonatos de la historia sin que nadie se haya logrado ni siquiera acercar a esas cifras en el baloncesto moderno. En esa época se vieron los primeros vestigios de la verdadera rivalidad; 7 de esos 11 títulos fueron ante los angelinos (6 en la década de 1960), que eran batidos una y otra vez por los bostonianos.

Especialmente dura fue la final de 1969: el último anillo de la era Russell, cuando la estrella actuaba como entrenador-jugador. Se llegó al séptimo, que se jugaba en el Forum, campo de los angelinos por aquel entonces. El propietario del equipo en esa época, Jack Kent Cooke, llevó globos y confeti a la pista para celebrar el hipotético título, algo que enfureció a Jerry West.

Los verdes se impusieron por 106-108 a pesar de que los locales contaban incluso con su reciente fichaje, Wilt Chamberlain, en el equipo. West, que logró 42 puntos, 13 rebotes y 12 asistencias, fue elegido MVP de las Finales en la primera vez en la que se ofrecía el galardón. Ha sido la única ocasión en la que el premio ha ido a parar a un miembro del equipo perdedor. Los Lakers, que fallaron 19 tiros libres, no encontraron excusa para la derrota. Russell anunciaba su retirada 3 meses después, mientras que West volvía a quedarse a las puertas al año siguiente ante los Knicks (también en siete partidos) antes de lograr su ansiado anillo en 1972, cuando los de de Hollywood acabaron con una racha de 18 años sin ganar y consiguieron el primer título en California tras abandonar Minneapolis (algo que hicieron en 1960).

Magic y Bird revitalizan la rivalidad y la NBA

Los años 70 fueron de transición. Ambos equipos sumaron campeonatos (el del 72 los Lakers y dos más los Celtics), pero la década significó el ascenso de otros conjuntos como los Knicks y el descenso de las cuotas televisivas y del interés por la Liga. En 1979, Magic Johnson era elegido en el primer puesto del draft. Larry Bird había sido elegido en el sexto del año anterior, aunque espero una temporada antes de dar el salto y ganó el Rookie del Año. El base, segundo en el premio, se vio obligado a ponerse de pívot en las Finales ante los Sixers tras la lesión de Kareem Abdul-Jabbar en el quinto encuentro. El resultado. 42+15+7, MVP de las Finales y anillo. Era el inicio de una nueva era.

La rivalidad de los 80 es, por cercanía, la más recordada por los aficionados. En esta década, Lakers y Celtics dominaron la competición y establecieron unos duelos entre ambos equipos en los que se contraponían culturas, dinastías y estilos de juego. El Showtime de los Lakers de Riley, rápido y divertido, chocaba con el baloncesto táctico e inteligente del Garden. Por si fuera poco, los angelinos tenían una plantilla mayoritariamente formada por jugadores negros, mientras que los verdes eran blancos. Incluso en Magic y Larry, grandes amigos, se veían diferentes caracteres y formas de ver la vida. El base era extrovertido, alegre y propenso al disfrute, mientras que el alero era frío, magnético y reservado. Ambos jugadores y ambas plantillas volvieron a poner a la NBA en el mapa y la Liga se revitalizó gracias a una de las etapas más icónicas que ha vivido nunca.

La década se fraguó con 5 campeonatos para los Lakers y 3 para los Celtics. Jugaron 4 Finales consecutivas entre ellos (de 1984 a 1987) con dos para cada uno, siendo la del 85 la primera vez en la historia en la que se impusieran los angelinos. El anillo de 1988 fue el último que uno de los dos equipos ganó, cuando Los Ángeles se impusieron por 4-3 a los Pistons. Luego llegaron a las Finales del 89 y a las del 91. Y luego nada. 11 años sin campeonatos de ninguna de las dos franquicias y 9 sin llegar a la ronda en la que se decide el título. La mayor crisis que ha vivido la rivalidad, individualmente o no... hasta ahora.

Los años 2000 y una nueva sequía que parece no tener fin

El siglo XXI vio como ambas franquicias se recuperaban. La llegada de Phil Jackson a los Lakers dio a la franquicia su primer anillo en 11 años con Shaq y Kobe como protagonistas. En el 2002 los Celtcis llegaban a las finales del Este, pero se quedaban a un paso del pase (cayeron 4-2 ante los Nets) y dejaron a los aficionados con las ganas de ver un nuevo episodio de la rivalidad. Esos Celtics contaban con Antoine Walker en la plantilla... y Paul Pierce, el que ha sido su último gran símbolo.

Sí lo hicieron en 2008, cuando ambos equipos llegaron a las Finales. Los Celtics, con el ya mencionado Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen como líderes. Era la primera vez que se enfrentaban desde 1987. Y fue el primer anillo para los Celtics desde 1986, tras imponerse 4-2 y poner fin a la mayor sequía de su historia. Los Lakers se vengaron en 2010. Tras ganar el campeonato el año anterior, ganaron en un mítico séptimo partido en el Staples. Era la primera vez que se imponían en este encuentro. Los enfrentamientos directos han sido tradicionalmente dominados por los bostonianos.

Hasta ahí llegaron ambas franquicias. Los angelinos tocaron playoffs tres veces más de forma consecutiva antes de quedarse sin ellos en las seis siguientes temporadas. Antes de eso, solo habían faltado a la cita en cinco ocasiones en toda la historia, algo que pone en magnitud la espectacular crisis que viven. Tras los infructuosos movimientos de los últimos tiempos, parecen haber hecho un equipo competitivo para la próxima temporada con el fichaje de Anthony Davis, que unen a LeBron James. Veremos si esto permite a los angelinos luchar por el anillo en los próximos año, De momento no han conseguido hacerlo ni con la presencia de El Rey, que ha pasado de jugar 8 Finales consecutivas a quedarse sin eliminatorias por el título.

Los Celtics por su parte han vivido una historia distinta y han estado más cerca del campeonato. En 2012 pudieron conseguirlo en la última gran oportunidad del proyecto de Doc Rivers, cuando Garnett y compañía daban sus últimos coletazos. Danny Ainge, sabedor de que no daban para más, puso la cabeza por delante del corazón y los traspasó en 2013 consiguiendo unos beneficios radicalmente opuestos a los de unos Nets que quedaron hipotecados.

Solo se quedaron sin playoffs en 2014, y estuvieron a un paso de las Finales en 2018 (el año anterior también se colaron en la última ronda del Este), pero LeBron lo impidió. Con Kyrie no han salido bien las cosas y han vuelto a dar un paso atrás, pero el proyecto de Brad Stevens sigue vigente y habrá que ver como funcionan ahora con Kemba en el equipo y tras perder a varios jugadores, incluido el propio Irving.

De una forma u otra, se acaba el tiempo para ambos. La sequía sigue su curso, y aunque los Lakers han salido reforzados (aparentemente) de la agencia libre, cuesta pensar que saldrán campeones el año que viene. Más lejos parecen incluso los Celtics, que tienen que redirigir el proyecto. Siguen viendo a mucha distancia las Finales y el campeonato, y están en camino de igualar (y superar) esos 11 años de crisis de los 90. La rivalidad se diluye y la crisis se eterniza. ¿Cuándo acabará? Veremos.