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NBA | SIXERS 102-NETS 111 (0-1)

Lección de los Nets ante unos Sixers sin alma: 1-0 para Brooklyn

Exhibición del conjunto de Atkinson ante unos Sixers en los que solo funcionó Butler. Philadelphia tendrá que sudar para llevarse la serie.

Actualizado a
Los Nets celebran una de las canasta del partido
Los Nets celebran una de las canasta del partidoDrew HallowellAFP

'Cómo jugar el primer partido de una eliminatoria de playoffs'. Esa es la lección que los Nets les han enseñado a los Sixers en el partido que ha abierto la lucha por el campeonato. El conjunto de Kenny Atkinson no ha podido empezar mejor la fase final: dominó de principio a fin a un equipo sin alma, mantuvo la distancia, acabó con la tímida reacción local del tercer cuarto y sentenció sin un ápice de nervios. Como si llevaran toda a vida jugando. Solo Jimmy Butler, que acabó con 36 puntos, pareció mostrar resistencia y hambre de victoria para los suyos.

Y eso que jugó Joel Embiid. El pívot fue duda hasta última hora por sus problemas de rodilla, pero finalmente disputó el encuentro de titular y (eso sí) con restricción de minutos. El inicio del duelo fue lo único bueno para Philadelphia. Le dieron balones al poste a su hombre fuerte y se adelantaron en el marcador. Pero luego se les olvidó el guión. Los Nets despertaron a tiempo y cerraban el primer cuarto con un parcial de 12-0 que les dejaba con una ventaja (22-31) que ya no perderían.

Un espectacular segundo periodo de Butler, que hizo su máxima anotación de siempre en un partido de playoffs (36, con 9 rebotes), fue lo único que permitió a los locales irse vivos al descanso (54-62) ante un equipo en el que el banquillo (Dinwiddie y LeVert) se convertía en protagonista. Los de Brett Brown salieron fuertes del túnel de vestuario y remaron hasta colocarse a dos puntos (63-65). Hasta ahí llegaron. D'Angelo Russell, que había fallado sus seis primeros tiros en su debut en playoffs y que había acabado con 7 tantos y muy malos porcentajes en la primera parte, se hizo dueño y señor del choque para finalizar con 26 puntos, 19 de ellos en la segunda mitad.

El último cuarto fue un quiero y no puedo para los Sixers. Reddick, desaparecido todo el duelo y con problemas de faltas, hacía la sexta y se tenía que ir al banquillo. Butler, que había anotado 32 puntos en tres cuartos solo hizo cuatro más en el último periodo. Los Nets controlaron perfectamente la ventaja y supieron cerrar el duelo, mientras que Brett Brown no encontró soluciones (perdió claramente el duelo ante Atkinson) en ninguno de los tiempos muertos que pidió.

Embiid no fue el problema. Acabó acabó con 22 puntos, 15 rebotes y 4 asistencias en solo 24 minutos, pero no fue resolutivo tampoco en los minutos finales y se empeña en seguir tirando mucho de 3 (0 de 5) cuando donde hace daño es en la zona. Harris, también desaparecido, finalizó con solo dos canastas (4 puntos) y Marjanovic (13+3+4) fue lo único salvable de una segunda unidad absolutamente estéril.

Lo peor para los Sixers no son los números, son las sensaciones. Solo con talento no se ganan campeonatos. Salieron al campo con la confianza de que solo con eso les bastaría, pero les faltaron hambre, ganas e intensidad. Todo lo que peleaban los Nets por hacerse con un rebote que les costaba la vida, era lo que no peleaban los locales por acercarse a sus rivales. Parecían tener la sensación de que con apretar un poco se harían con el partido, pero subestimaron a los de Atkinson y lo pagaron con creces.

En los Nets ahora todo son buenas noticias. Consiguen su primera victoria en playoffs desde 2015 con un equipo joven y, que sin nada que perder, tiene mucho que ganar. Ed Davis fue clave en los tableros (16 rebotes con 12 puntos) y suplió perfectamente los problemas de faltas de Jarret Allen. Metieron 59 puntos desde el banquillo, tuvieron 6 jugadores por encima de los 10 tantos y sentenciaron como si llevaran toda la vida jugando playoffs.

Si en el Wells Fargo Center alguien pensaba que la primera ronda iba a ser coser y cantar, estaban muy equivocados. La serie se ha puesto muy interesante y ahora toda la presión es para los Sixers. Tendrán que ganar el segundo encuentro para no viajar a Brooklyn con un 0-2 casi imposible de remontar y si se habían planteado dar descanso a Embiid ya no pueden hacerlo. Necesitan recuperar sensaciones en poco tiempo y tener a punto al trío Simmons-Harris-Reddick si no quieren ser la sorpresa negativa de estos playoffs. Vamos a tener una eliminatoria muy interesante y en Philadelhpia lo saben.