Ricky y los Jazz ganan sin problema ante unos Lakers inoperantes

Jugar contra los Lakers es algo que ahora mismo debería agradecer al calendario cualquiera que se esté jugando algo. Los angelinos hace tiempo que dejaron de pelear, son uno de los equipos menos combativos de la Liga y sus rivales suelen contar los partidos por victorias. Para alguien como los Jazz, que están en plena guerra por lograr el mejor puesto posible en los playoffs, es como una sesión de baño y masaje.

Hasta el descanso los visitantes intentaron mantener el tipo. Kuzma (21 puntos) y McGee (16+13) eran los que más intención le ponían, aunque poco podían hacer ante los titulares de los Jazz. Le funcionó mejor a los Lakers el enfrentamiento entre suplentes. Ninguno de los suyos acabó con +/- negativo y destacó entre todos Mo Wagner (13+4). 

Pero lo que habían perdido los titulares difícilmente iba a ganarlo un banquillo como el que actualmente tienen los angelinos. A los Jazz no les hizo falta forzar a su estrella, Donovan Mitchell (11+4+4), como sí han tenido que hacer últimamente en más de una ocasión. Les bastó con que su pareja interior se aprovechase del agujero en que se convirtió la zona de los Lakers durante todo el partido. Gobert (22+11 y 3 tapones) y Favors (20+6) fueron los que rompieron de verdad el partido desde los primeros compases. Ricky Rubio acabó con 10 punto, 5 rebote y 8 asistencias. Joe Ingles, que logró su récord personal de asistencias (14), se quedó a un rebote de completar el primer triple-doble de los Jazz en una década.

Para los Jazz es su tercera victoria consecutiva y la octava en los últimos diez partidos, lo que les deja quintos a dos partidos de la ventaja de campo en primera ronda con sólo siete por jugarse. Difícil pero no imposible. Para los Lakers un derrota más buscando acabar lo más abajo posible de cara al draft (son los décimos por la cola) y sin LeBron, que desde hace semanas dejó de jugar los back-to-back.