NBA | WARRIORS 104 - SIXERS 113
Curry (41) no evita que los 76ers rompan la racha de los Warriors
11 victorias llevaban Golden State, pero ni un partidazo de Stephen Curry le valió al campeón para frenar a Embiid, Simmons y los Sixers.
Los Warriors cayeron en su feudo, como ya lo habían hecho con los Bucks y los Raptors, ante otro de los grandes aspirantes de la Conferencia Este: los 76ers. Esto supone que el equipo de Oakland vea cortada su gran racha de triunfos, que iba ya por los once, en un encuentro en el que se toparon con un equipo en clara línea ascendente y con más hambre de ganar, algo que hizo por 104-113.
Por el inicio nada lo hacía presagiar. Los Warriors entraron mucho mejor en el partido, yéndose a la frontera de los diez de ventaja en el primer cuarto. La entrada de aire fresco desde el banquillo, con el sorprendente Shamet y el cumplidor Muscala, fue el inicio de la conquista. A dos minutos de concluir ese primer periodo el incendio ya estaba extinguido.
Shamet fue el que, con una jugada de tapón y 3+1, puso a los 76ers en ventaja (35-38, minuto 15). Quería evitarlo Stephen Curry, que se alió con la fuerza por dentro de Alfonzo McKinnie para empezar él su particular festival desde el triple, a cada cual más complicado: anotó 10 de 18, pero fueron cuatro en medio cuarto los que valieron para que los Warriors se marcharan de nuevo con holgura. Un mate de concurso de Embiid dio carpetazo a la primera parte, y era un aviso.
Al salir de los vestuarios Brett Brown apretó las tuercas y sus jugadores apretaron el trasero para defender. Los Warriors claudicaron y se vieron encima con un parcial de 26-42 basado en la pericia de Simmons con el ritmo, la pausa y acierto de Embiid en el poste y los buenos detalles de Bolden en ambos lados de la cancha.
Kevin Durant cogió la capa de héroe, pero sólo pudo hacer mejor su hoja de estadísticas; la repercusión fue nula en el marcador. También de los últimos intentos, acertados pese a que se le complicó hacerse hueco por la intensa defensa, de Curry desde la línea de tres. Fue precisamente un triple de Redick el que sentenció.
Los Warriors no mostraron la misma sangre que unos Sixers que, de la mano de Embiid (26+20+5) y Simmons (26+8+6), sumaron la 4ª victoria en cinco partidos.