Sarver amenaza con llevarse al equipo a Las Vegas o a Seattle
El propietario de la franquicia lanza este aviso ante las dificultades del gobierno de la ciudad para financiar la remodelación del pabellón.
Hace apenas una semana, el Concejo de la ciudad estaba dispuesto a desembolsar dicha cantidad, pero la reacción contraria por parte de la comunidad al conocerse los detalles del acuerdo, provocaron que varios de los representantes electos (algunos con elecciones a la vuelta de la esquina) se replantearan su apoyo al proyecto.
Pero, ¿es una amenaza real o una simple medida de presión? El tiempo lo dirá, pero sí que es cierto que ambas ciudades llevan tiempo pujando por tener (en el caso de Las Vegas) o recuperar (Seattle) una franquicia de la NBA.
Las Vegas
Las Vegas es un mercado deportivo en alza y ha ido recopilando franquicias de las diferentes ligas norteamericanas en los últimos años: la Ciudad del Pecado se ha hecho ya con un hueco en la NHL con los Golden Knights y en la NHL tras conseguir el traslado de los Raiders de Oakland. En un principio, el movimiento se certificará en 2020. El siguiente paso natural, y dejando el lado el fútbol, es pujar por un conjunto de baloncesto. Es más, el T-Mobile, el pabellón de los 375 millones de dólares y donde juegan los Knights, se hizo pensando en un equipo de la NBA. El All Star se celebró en 2007 en la ciudad de Nevada y la Summer League tiene parada en la ciudad.
Seattle
Seattle es el gran sueño para los aficionados de la Liga norteamericana. Hace diez años, los Supersonics cambiaron el estado de Washington por Oklahoma debido al enfrentamiento entre la alcaldía y la directiva del club por la negativa de la primera en costear las mejoras del Key Arena (¿les suena?). Una década de añoranza que aumentó de intensidad este verano con la disputa de un amistoso entre los Sacramento Kings y los Golden State Warriors de un Kevin Durant que fue elegido por los Sonics en su último draft (2007).