El calendario mandó a los Nets al Oracle Arena en back to back tras su heroico triunfo en Denver. Demasiado, incluso si el campeón jugaba sin Stephen Curry, Draymond Green y Shaun Livingston. Pero precisamente las bajas, además del mal sabor de boca de la paliza recibida ante los Bucks en su último partido, hicieron que los Warriors jugaran muy serio desde el principio y sumaran un triunfo (11-2) que les mantiene al frente del Oeste y que nunca estuvo en verdadero peligro: 94-74 al final del tercer cuarto, 116-100 final.

Sin Green y sin Curry, Kevin Durant se puso al frente de las operaciones y produjo a destajo con muy poco esfuerzo. En 30 minutos, 28 puntos (9/15 en tiros), 5 rebotes y 11 asistencias. Klay Thompson acompañó (24 puntos) en un quinteto con Jones, Jerebko... y Quinn Cook, que ejerció de Curry y, esta vez, no solo por posición: 27 puntos, 5 asistencias, 11/16 en tiros, 3/5 en triples. 19 puntos ya al descanso después de entrar en el partido con un 7/7 en tiros. Cook se ganó el sitio en el equipo la pasada temporada, precisamente por las lesiones (rodilla y tobillo de Curry). Fue titular en 18 partidos y ganó su primer anillo después de haber estado con un pie fuera de la NBA tras su título con Duke (2015). Su gran partido es una buena noticia antes de una semana exigente para los Warriors: Clippers, Hawks, Rockets, Mavericks y Spurs. Probablemente vayan volviendo, durante esos partidos, Livingston y Green. Veremos si también Curry.

Los Nets (6-7) pudieron hacer poco, ampliamente superados y con pocas piernas tras el partido de Denver. Joe Harris, seguido por los Warrios la pasada temporada, anotó 24 puntos con un 4/6 en triples (por eso les interesaba). LeVert, una de las sensaciones de la temporada, se quedó en un 1/6 en tiros para 4 puntos después de ser el héroe ante los Nuggets. El equipo de Atkinson avanza con buena nota, pero estos Warriors son obviamente demasiado toro. Incluso con tantas bajas.