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EUROLIGA | 5ª JORNADA

Nuevo suplicio europeo para el Gran Canaria: paliza del Khimki

Alexey Shved acabó con 24 puntos. Los locales llegaron a ir ganando por 28 puntos (83-55). El partido se había roto ya en el segundo cuarto.

EPA4661. MOSCÚ (RUSIA), 02/11/2018.- El escolta estadounidense del Herbalife Gran Canaria, DJ Strawberry (i), trata de anotar ante el escolta ruso del Khimki de Moscú, Alexey Shved (d), durante el encuentro de Euroliga entre el Khimki de Moscú y el Herbalife Gran Canaria disputado en Moscú, Rusia, hoy, 2 de noviembre de 2018. EFE/ Maxim Shipenkov
EPA4661. MOSCÚ (RUSIA), 02/11/2018.- El escolta estadounidense del Herbalife Gran Canaria, DJ Strawberry (i), trata de anotar ante el escolta ruso del Khimki de Moscú, Alexey Shved (d), durante el encuentro de Euroliga entre el Khimki de Moscú y el Herbalife Gran Canaria disputado en Moscú, Rusia, hoy, 2 de noviembre de 2018. EFE/ Maxim ShipenkovMAXIM SHIPENKOVEFE

En un nuevo viaje entre la élite europea, el Herbalife Gran Canaria se llevó otro duro revolcón. Este quizás escuece más, pues el Khimki no había ganando ninguno de sus cuatro partidos hasta que esta tarde apalizó sin piedad a la formación isleña, que en menos de 48 horas comparece en Manresa. Poco se le debería exigir a nivel de resultados en su primera incursión entre la súper élite europea, pero no debe permitirse el lujo de ofrecer una imagen tan pobre si no quiere salir escaldado. Lo del CSKA, hace una semana, parecen fuegos de artificio.

Y eso que, tras un 2+1 de Strawberry y una suspensión de Tillie, los pupilos de Salva Maldonado empezaron 0-5, un espejismo en cualquier caso. Poco o nada le costó al Khimki empatar el partido, y mucho menos adelantarse por medio de, cómo no, Shved: 7-5. Desde entonces, el equipo no solo es que no soltara el mando del partido, sino que la renta a su favor crecía prácticamente cada minutos. Hubo un pequeño inciso, un triple de Hannah para el 9-10, pero en medio de esa locura ofensiva el grupo de Bartzokas salió claramente beneficiado.

Una canasta de Thomas hacía pensar que el partido se rompía muy pronto, 25-16, pero los amarillos, en sus pocos minutos buenos del partido, tiraron de fuerza para dejar el marcador en 25-21 al fina del primer cuarto. Hasta ahí.

Desde entonces, el partido fue un auténtico suplicio para el Gran Canaria, incapaz de contener a Shved, algo que nadie parece ser capaz de conseguir en Europa. Sendos triples de Crocker y el propio Shved ponían al Khimki +10, 35-25. Con el viento el equipo se sentía imparable, tanto como quería Shved, 13 puntos al descanso, cuando, de nuevo desde el 6.75, lanzaba a los suyos: 44-28. Sin un ápice de intensidad defensiva, hasta podían darse por contento el Herbalife con irse al descanso 49-33.

El partido se había convertido en una delicia para el Khimki y su parroquia, y nada cambió tras el paso de ambos equipos por los vestuarios. El 21º punto de Shved, otro triple, ponía el electrónico en 62-45. Además, si Tillie enchufaba de tres, 70-50, acto seguido le contestaba Crocker desde idéntica distancia. Lo dicho: vaya suplicio para el Gran Canaria.

El 77-53 con el que se inició el último periodo evidenció que el partido estaba más que ‘acabado’. Con 83-55 y 7.02 por delante pidió tiempo muerto Maldonado buscando parar una sangría que iba a más, y si no sucedió así fue por la desidia del propio Khimki, que ya se sentía ganador. Solo cuando bajó los brazos pudo el Granca conectarse al partido, y logró un 0-12 a su favor que, de tan tarde como llegó la reacción insular, apenas sirvió para maquillar algo un marcador que olía a sonrojo. Al final, 87-72 y gracias.