Utah no pierde fuera de casa en lo que va de temporada. Son ya cuatro victorias y ninguna derrota fuera de su feudo, que precisamente destaca por lo inexpugnable que es, para empezar a colocarse en las posiciones de privilegio del Oeste. En Dallas también salió la mejor versión de los Jazz, que vencieron por 104-113.

Era el primer duelo entre Ricky Rubio (6+8) y Luka Doncic (14+6+5), dos adelantados generacionales que hicieron historia en la ACB para pasar a cumplir sus sueños en la NBA. Este primer enfrentamiento cayó del lado del español.

Al empezar el encuentro y consultar la tabla de estadísticas ya se veía que podía ser un encuentro muy pintón para DeAndre Jordan, que llevaba siete rebotes en los primeros minutos. Y ya no son sólo números, como lo eran en su primera etapa en los Clippers, ahora afecta de verdad al juego de su equipo para bien. Y enfrente tenía a Rudy Gobert, otro coloso. De hecho son dos de los mejores pívots de la Liga, así catalogados por expertos y aficionados durante los últimos años. Y lo hicieron valer.

Los Jazz comenzaron mejor. Algún lanzamiento de Ingles y las primeras acciones de fuerza y colocación de su pívot francés les daban las primera ventajas, que se ampliaron con la entrada de Georges Niang y Grayson Allen (al que vimos sus primeros minutos de calidad en ataque en la NBA). La distancia ya se iba por encima de los diez al comenzar el segundo cuarto. Como viene siendo habitual en los últimos partidos, Powell fue el que energizó a su equipo y le acercó en el marcador, una estrategia rematada antes del descanso por Barnes y dos acciones seguidas de Jordan (mate) y Doncic (triple). Había partido.

La igualdad se mantuvo todo el tercer periodo, donde también vimos al mejor Dennis Smith (27 puntos) de cara al aro: no ya sólo con florituras y mates, sino con acciones de mérito y buenos porcentajes de lanzamiento para llevar la carga anotadora. Donovan Mitchell (20 puntos), su compañero de promoción y otro de los robos del Draft 2017, tampoco perdió la oportunidad de mostrarse.

Los minutos decisivos fueron los del control, donde se nota lo bien trabajado que tiene Snyder a su conjunto. Y con Ricky Rubio poniendo su visión al servicio de los tiros exteriores de Crowder o de los desmarques tras las pantallas de Gobert. Los Jazz habían estirado mucho en los instantes finales y los locales vieron como elemento de batalla el poder ponerse a siete (101-108, minuto 45), pero otro triple liberado -de Joe Ingles- cortó de raíz la mínima esperanza local.