Klay Thompson y los 'game 6': la leyenda de los 20 triples
Dos actuaciones para la historia, las dos mejores en playoffs desde la línea de tres, han mantenido ya dos veces a flote a los Warriors. All Star Game 2019 en directo: Juego de Estrellas NBA en vivo
Klay Thompson, que la próxima temporada acaba contrato (en 18,9 millones) y en cuya continuidad más allá ya trabajan los Warriors. Las primeras informaciones hablan de una oferta de 92 millones de dólares por cuatro años, lejos de los 139x4 que podría firmar como agente libre en otro equipo. Pero todo apunta a que, por ahora, su voluntad es mantener vivos a los Splash Brothers.
Klay Thompson. El jugador que anotó 37 puntos en un cuarto (2015, ante los Kings: 13/13 en tiros con un 9/9 en triples y 2/2 en tiros libres). Que en 2016 logró ante los Pacers 60 puntos en menos de 30 minutos, algo que no había conseguido nadie: 21/33 en tiros, 8/14 en triples, 10/11 en tiros libres. En ese partido tuvo la pelota en sus manos un total de... 90 segundos. Klay Thompson, ya cuatro veces all star, seguramente el segundo mejor tirador de la historia por detrás de Stephen Curry (Splash Brothers...) y un jugador que a base de trabajo duro se ha ido convertido en un excelente defensor exterior. Uno de los mejores jugadores de la NBA pero, así son estos Warriors, tal vez el cuarto en peso específico de su propio equipo.
Al menos hasta que llegan partidos a vida o muerte. Desde el aterrizaje de Steve Kerr en el banquillo, los Warriors han jugado dos partidos de playoffs con 3-2 en contra. En ambos, su mejor jugador ha sido Klay Thompson, que ha sumado dos actuaciones para la historia en las que su total de triples es de 20 con una serie de tiro de 20/32. Sobrehumano.
El 28 de mayo de 2016 los Thunder (todavía de Kevin Durant) recibían en OKC a los Warriors del 73-9 con todo a punto para consumar el golpe de estado. Pero los californianos sobrevivieron en un partido para la antología de los playoffs (101-108) en el que Klay acabó con 41 puntos (14/31 en tiros, 11/18 en triples). En ese partido, sus tiros de tres (algunos casi incomprensibles) mantuvieron vivo a un equipo que estuvo K.O. (41-28 en la primera parte, 96-89 a cinco minutos del final): dos seguidos para pasar del 41-28 al 41-34, cinco en el último cuarto, incluidos tres que pusieron todos los puntos de los Warriors en los primeros tres minutos y medio, otro para convertir el 96-89 en 92-92 y el undécimo para romper el empate a 95 segundos del final (101-104).
De ahí al 26 de mayo de 2018, cuando (esta vez en el Oracle Arena), terminó con 35 puntos y un 9/14 en triples. No anotó ninguno en el primer cuarto y solo dos en el segundo, pero después del descanso explotó con 21 puntos y un 7/8 desde la línea de tres. En el inicio de los dos últimos cuartos, sus bombas cerraron primero la última ventaja de los Rockets y ayudaron después a abrir la brecha definitiva.
A la cabeza en el ranking histórico
En total, esos dos partidos son los dos mejores desde la línea de tres que han visto los playoffs. El récord de triples son sus 11 y 9 es la segunda mejor marca, que igualan Jason Terry, Ray Allen (dos veces), Vince Carter y Rex Chapman (en 1997). Por porcentaje, le mejoran Terry (9/10), Carter (9/13) y uno de los de Allen (9/13). Después llega el lote de los 8, en el que Klay también está (8/9 a los Spurs en 2013) junto a, entre otros, Stephen Curry y Chris Paul, que aparece dos veces, la segunda por su reciente 8/10 para eliminar a los Jazz.
“No sé si nací para partidos como este, pero sí que me he matado a trabajar para llegar a esto. Pero bueno, podríais decir que nací para esto”, aseguró un Klay cuya flema es ya legendaria en la actual NBA. Imperturbable en las buenas y en las malas, reveló en sus primeros años en la NBA los secretos de su mecánica de tiro a Sports Illustrated. En primer lugar, por supuesto, está el entrenamiento. Klay lanzaba en cada entrenamiento durante sus primeras temporadas un mínimo de 150 tiros (50 desde la cabeza de la zona, 50 desde la media distancia y 50 triples). En verano, entre playoffs y pretemporada, esa cifra se solía ir a un mínimo de 250 (75, 75 y 100 triples en cada sesión… por lo menos). Además de estos métodos más convencionales, tiene sus propias, y muy particulares, fórmulas para mantener la concentración y los mecanismos. Estos son algunas:
-Pensar en líquido. Cada vez que va a lanzar, imagina agua que asciende por su cuerpo desde los dedos de los pies hasta las puntas de los de las manos. Dice que se lo enseñó su padre, Mychal Thompson (número 1 del draft en 1978 y campeón con los Lakers): “Es algo que tiene que explotar en tus pies y recorrer tu cuerpo de forma fluido, como el ascenso del agua. Lo aprendí de niño”.
-Trata de no sentir presión cuando los tiros no entran. Conserva la calma y sigue lanzando sin cambiar su dinámica: cuando falla, suele ser porque está ansioso por lanzar y pone demasiada presión en la bola y en su mecánica. En lugar de eso, se concentra en poner el foco en el movimiento de sus piernas y dejar que el resto fluya a partir de ahí.
-Conoce desde qué punto de la pista es más efectivo: en general prefiere los lanzamientos desde la izquierda (cuando Curry deja libre ese flanco, claro): "Soy diestro, el movimiento es mucho más automático desde ese lado". Especialmente y si puede ser, prefiere lanzar desde la esquina, y si no desde el lateral.
-El tarro de galletas: la mecánica de Klay es en general muy canónica: el codo derecho apuntando a la canasta, la bola comienza a volar cuando ya ha superado la altura de la frente. Una vez completado el lanzamiento, acompaña su trayectoria con un movimiento en el que simula que se estira y mete la mano en un bote de galletas que está por encima de su cabeza (evidente en la forma que adopta su muñeca). Así corrigió un defecto de instituto: tendía a que la mano de tiro acabara girando hacia dentro después de lanzar cuando acumulaba tiros y, por lo tanto, cansancio: “era así hasta que llegué a la universidad. Fue una cuestión de ser más consistente con mi mecánica y ganar fuerza en la muñeca”.