La salida de David Fizdale de los Memphis Grizzlies a finales de noviembre de 2017 fue una de las grandes sorpresas de la temporada en la NBA. El entrenador fue despedido tras solo 19 partidos del presente curso y siete victorias para un balance de 50 triunfos y 51 derrotas y una clasificación para los playoffs (primera ronda ante los San Antonio Spurs) desde que aterrizó en Tennessee en mayo de 2016 proveniente de los Miami Heat. 

Casi todos los dedos señalaron a Marc Gasol como principal culpable del despido de Fizdale. El internacional español, que llevaba desde verano mandando mensajes a la franquicia, estalló tras quedarse en el banquillo en el último cuarto de un partido ante los Nets días antes de la decisión de la directiva. "Odio no jugar y estoy más frustrado de lo que parece; sabían que me dolería", declaró el pívot. Según Wojnarowski la relación entre la estrella y el entrenador era muy fría (Sam Amick, del USA Today, aseguró que llevaban diez meses sin hablarse). "A nadie le gusta. ¿Creéis que Mike (Conley) se habría quedado en el banquillo? Estoy seguro de que a Mike no se lo hubieran hecho. Es lo que hay y hay que afrontarlo, pero no voy a aguantarlo sin hacer nada. Creo que me he ganado jugar los últimos cuartos y en mi carácter no cabe aceptar (estar contento con) la suplencia", continuó el internacional español.

Sin embargo, Fizdale "no culpa" al español por su salida prematura de los Grizzlies. "Tuvimos algunos momentos en los que le presioné demasiado. Probablemente debería haber investigado más y pasado más tiempo para conocer a la persona, saber qué tics, qué no funciona y cómo comunicarme con él. Tuvimos algunos buenos momentos", dijo el técnico en su presentación como nuevo técnico de los New York Knicks: "Aprendí de esa situación y de otras cosas que hice mal. Era un entrenador novato. No quiero culpar (a Gasol) del despido. No creo que eso sea justo".