Esto es un escándalo. LeBron James ha ganado 10 partidos consecutivos de playoffs y ha eliminado tres años seguidos a los Toronto Raptors. 10-0 desde el 2-2 de aquellas finales de conferencia de 2016 que, hasta el momento, son la mejor marca histórica de la franquicia canadiense y al mismo tiempo el punto de partida de esta barrera mental, física y deportiva insalvable de nombre LeBron James.

Esta vez no hicieron falta canastas imposibles (aunque metió una...) ni lanzamientos sobre la bocina. Esta vez los Cavaliers, y digo los Cavaliers como equipo, pasaron por encima de los Raptors con una facilidad casi insultante dadas las circunstancias. No hubo último coletazo. Tampoco pelea hasta el último suspiro. Los Raptors hincaron rodilla al final del segundo cuarto (otro cuarto mal cerrado...) y de ahí hasta el final de una herida sin cura...

Más cambios de Casey en el quinteto (Ibaka y CJ Miles), con miedo al 4-0 (que se dio) y puede que incluso a su puesto de trabajo (que veremos...). En Toronto creían que podía ser su temporada. Con ese flamante número uno de la conferencia este que les concedía una ventaja de campo que tan poco le importó a LeBron...

Cambios que no funcionaron, las estrellas ni aparecieron y nuevo rosco al canto. Siendo un palo tremendo para unos Raptors que, sencillamente (sencillamente...), no pueden con LeBron.

El rey se fue hasta los 29 puntos (12/19), ocho rebotes y 11 asistencias. Y le dio tiempo a bailar un poco en el banquillo durante el último cuarto. Sus compañeros habían hecho de nuevo un gran trabajo: 15 de JR sin fallo, cuatro triples y 16 puntos de Korver y 23 puntos de un Kevin Love que acumula 74 en los últimos tres partidos.

Los Cavaliers jugarán las finales de la conferencia este por cuarto año consecutivo. Todos desde que regresó un LeBron que ya espera al ganador del Celtics-Sixers con su novena gran final entre ceja y ceja. Sería la octava consecutiva. La enésima barbaridad del rey.