Los Lakers no le enseñan nada a Paul George: 0-8 sin Lonzo Ball

Todo el mundo en la NBA sabe que los Lakers quieren a una o dos grandes estrellas (esta opción necesitaría un ajuste económico complicado pero factible) el próximo verano. Todo el mundo sabe que LeBron James es, por ahora, solo un sueño sin más base que sus deseos de vivir en L.A. Los Lakers difícilmente le pueden ofrecer ahora mismo algo que tenga más que ver con su carrera que con los años que le esperan cuando esta termine (participación en la franquicia, proximidad a sus negociones en Hollywood…). Y todo el mundo sabe que hay objetivos a priori más factibles como DeMarcus Cousins y sobre todo Paul George, angelino que ha dicho las veces que ha hecho falta que le gustaría jugar en los Lakers. El asunto, ya se sabe, tuvo dimensión de multa a la franquicia por supuesto tampering de Magic Johnson.

Pero Paul George es una gran estrella que nunca ha jugado una Final de la NBA y, además del regreso a casa, los Lakers tendrían que ofrecerle en la pista algo con lo que terminar de decidirse. Si se mide este duelo directo (114-90), y muchos de los partidos de los de Luke Walton, hay que ser muy voluntarista para pensar que está siendo así. O pensar que PG realmente quiere vivir en California. No hay otra. O, al menos, que es obvio que jugar al lado de Lonzo Ball tendrá beneficios para cualquiera en el futuro: los Lakers están 0-8 sin el base rookie (y no han metido 100 puntos en seis de los ocho partidos). Su impacto en la organización del ataque y en la ejecución de la defensa es tan grande que es ridículo dudar de su importancia en lo poco que han podido construir los Lakers en una temporada llena de piedras en el camino. Ahora, y después de cuatro victorias seguidas, lesión de Lonzo, lesión de Ingram (que volvió ante los Thunder pero acabó con el tobillo otra vez magullado) y lesiones de Caldwell-Pope (segundo cuarto) y Kyle Kuzma (tercero). Lo normal, que estos Lakers pierdan en OKC, es una certeza con este panorama.

Los Thunder, sin ningún sufrimiento, pusieron a buen recaudo el partido en el tercer cuarto después de un primer tiempo (60-54) en el que entre Carmelo Anthony y Steven Adams anotaron 30 puntos y Julius Randle hizo en los dos primeros cuartos sus 16 totales. Después, ya no funcionó nada en un equipo que echa especialmente de menos a Lonzo porque el relevo, Tyler Ennis, está a un nivel pésimo. Carmelo jugó comodísimo (27 puntos con un 10/15 en tiros), Adams acabó en 21+10, George con 13 puntos y Westbrook con 19+6+7. Sus heroicidades no hacían ninguna falta en un partido así, claro.