Scottie Pippen, Tim Duncan… y Pau Gasol: 20+17+5 con 37 años
Partidazo del pívot español y los Spurs ganaron en Portland sin Tony Parker ni Kawhi Leonard. Los Trail Blazers fallaron sobre la bocina.
Hace tiempo que se extendió por la NBA la sensación de que Gregg Popovich podría entrenar a un lote de zombies de The Walking Dead y llevarlos a unas 56 victorias y, como mínimo, la segunda ronda de los playoffs. Hay toda una generación de aficionados NBA que no han visto a los Spurs fuera de playoffs ni alejados de la nobleza de la liga y la más absoluta respetabilidad como proyecto. Demonios, uno duda ya de que vayamos a verlo en algún momento del futuro. Eventualmente. Porque así es la vida y todo lo demás.
Los Spurs jugaron en Portland sin Tony Parker ni Kawhi Leonard, que se reservaron porque hoy viajan a Salt Lake City en back to back y con televisión nacional (y la consiguiente obligación de tener a todo el mundo en perfecto estado de revista). Y ganaron (91-93), aferrados a su proverbial funcionamiento colectivo y, no hay que olvidarlo, a los buenos jugadores que siguen teniendo en nómina. Aunque ya no les alcance para reventar una serie a siete partidos contra los Warriors y ya no se les pueda (o no se les debería) imaginar con más opciones de ser campeones contra los Rockets. Los Spurs siguen siendo una roca muy, muy pesada y muy, muy difícil de mover en el Oeste.
En Oregón ganaron con 22 puntos y 8 rebotes de LaMarcus Aldridge (sus regresos a Portland son cada vez más fríos en lo ambiental) y con 20 puntos, 17 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones de un Pau Gasol que apareció por todas partes y terminó con un brillante 8/14 en tiros. Un partido espléndido del español… y el tercer 20+17+5 de un jugador con al menos 37 años en toda la historia de la NBA. Los anteriores en lograrlo habían sido Scottie Pippen y Tim Duncan. La categoría de los nombres dimensiona, sin mucho más que comentar, suficientemente bien la hoja estadística de Pau.
El mejor Gasol de la temporada: tope en rebotes, tercer partido en un mínimo de 20 puntos (el techo es 25) y cuarto con al menos 5 asistencias. Una producción fantástica en este momento y este lugar de su carrera, para la que desde luego no podía anochecer en ningún sitio mejor que en estos Spurs y en las manos de Popovich, que tan pronto te pinta un atardecer inolvidable como se inventa un jugador total con ese Kawhi Leonard que, descansos al margen, está lejos de ser el jugador que es. Le llevará tiempo después de una baja tan larga... y tan extraña. Mientras le esperan, los Spurs ganan mucho (22-10 ahora). Mills anotó la canasta que acabó siendo decisiva antes de un tiro libre de Aldridge y de que los Blazers se hicieran un lío con su último ataque: con 91-93 el propio LaMarcus taponó la penetración de un McCollum que tuvo después otro triple ganador. Agua. El escolta se quedó en 13 puntos con un 5/22 y no pudo cargar con el peso de su equipo: Lillard se dio un golpe en la rodilla contra Pau Gasol y apenas pudo mirar al aro en el último cuarto. Estuvo en pista en los ataques decisivos pero fue poco más que un señuelo para la defensa de los Spurs, que apenas picó.
Los Blazers (16-15) están en esa maraña de equipos que se manejan en la zona playoffs del Oeste sin ninguna distancia todavía entre unos y otros (ellos, Wolves, Nuggets, Pelicans, Thunder…). Justo por delante, y como frontera hacia lo teóricamente inalcanzable (Warriors, Rockets) están los Spurs. Eternos Spurs. Eterno Pau Gasol.