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Los Sixers y la lesión de Fultz: algo huele mal en Philadelphia

El número 1 del draft está parado por sus problemas de hombro y su entorno y su equipo cruzan acusaciones y mensajes contradictorios.

Los Sixers y la lesión de Fultz: algo huele mal en Philadelphia
Rob CarrAFP

Todo iba bien en Philadelphia. El Proceso estaba casi completado y los Sixers parecían listos y (casi, al menos) sanos para poner la primera piedra a uno de los equipos del futuro de la NBA. Con Joel Embiid (número 3 del draft de 2014, se perdió sus dos primeras temporadas completas), Ben Simmons (1 en 2016, se perdió la primera íntegramente) y Markelle Fultz, último número 1 que aterrizó en Philly después de un trade con los Celtics.

Pero la maldición de los rookies de los Sixers está atacando también al base de Maryland, que ha tenido que parar por problemas en el hombro y que, visiblemente incómodo, solo había jugado 19 de media en los cuatro primeros partidos con 6 puntos de promedio, 33% en tiros de dos y ni un solo triple lanzado.

Lo malo no es la lesión sino todo lo que la ha ido rodeando, un sainete que deja en mal lugar, como mínimo, el flujo comunicativo dentro de la franquicia. Y que para muchos en la ciudad está poniendo en solfa la capacidad de gestión del reputado Bryan Colangelo. El cruce de declaraciones públicas, versiones, contraversiones y rectificados es como mínimo extraño, y tiene que ver con el problema en el hombro del jugador y también con sus problemas en el lanzamiento, recalcados desde los primeros entrenamientos veraniegos y los primeros partidos amistosos por la extraña técnica que adoptaba para lanzar los tiros libres.

Antes del inicio de la temporada, el entrenador Brett Brown aseguró que Fultz había decidido cambiar su técnico de tiro, que tenían mucho que corregir y que no estaban satisfechos precisamente con el tema porque consideraban que había perdido más que ganado con el intento de cambio: “Intentaremos recordarle cómo tiraba y recuperar ese estilo de nuevo”.

Ya mediado octubre, siguiendo una línea temporal que ahora recupera CBS, el propio Fultz reconoció a The Ringer que había modificado su mecánica de tiro porque sus molestias en el hombro derecho. Se trata de un dolor intermitente que aparece y remite sin un patrón claro. Fultz, a las puertas de la temporada, no para y juega con dolor. Y, de forma muy aparatosa, también tira con dolor.

Se juega la primera semana de temporada y los problemas son cada vez más visibles. El eco ya es casi un clamor y el agente de Fultz, Raymond Brothers, rompe la baraja en ESPN. De hecho, se pone él en contacto con el reputado Adrian Wojnarowski para mandar la pelota al tejado de los Sixers. Y con ella, un buen recado. En su primera versión, a Fultz le habían sacado líquido del hombro. Luego se corrigió y dijo que en realidad había recibido inyecciones de cortisona. El ya famoso “no puede ni levantar el brazo: “Le pusieron una inyección de cortisona el 5 de octubre. Quiero que se sepa que tiene muchas molestias y que trataremos de trabajar con los Sixers, general manager y médicos, para encontrar la mejor solución para todos”.

Pero Colangelo no solo no acepta estas palabras sino que asegura que Fultz no ha cambiado su forma de tirar por el dolor y que ya lo había hecho durante el verano y por decisión propia. Según él, la lesión de hombro llegó después. De hecho, se va agriando el cruce de declaraciones, el presidente y general manager sugiere que ese cambio de mecánica influye en las molestias que está sufriendo.

Repartidas las cartas, la siguiente intervención fue, esta vez en USA Today, del entrenador de tiro de Fultz, Keith Williams: “No se cambió el tiro antes de que aparecieran los problemas en el hombro, ¿por qué iba a hacerlo con lo que bien que tiraba en la Universidad tanto tras bote como nada más recibir?”. El propio Williams está en directo en una emisora de Philadelphia cuando Brett Brown asegura que Fultz se ha pasado el verano probando una nueva forma de tirar: “No hay ninguna duda, cero”. “Pero por favor… eso es falso. No es cierto”, asegura el preparador de tiro, que insiste en que el jugador solamente intenta evitar el dolor de un hombro que apenas le permite elevar el brazo por encima de la cabeza.

Ahora mismo no se sabe quién está en lo cierto, solo que todas las partes salen perdiendo y que la franquicia ha gestionado este asunto de la peor manera posible y con su presidente y entrenador implicados en declaraciones que contradicen literalmente las de una de sus futuras grandes estrellas. En el pasado han tenido que hilar fino con las lesiones de Embiid y Simmons, y finalmente todo ha llegado a buen puerto con ellos. También debería ser así con Fultz (no cumplirá 20 años hasta el próximo mayo), pero desde luego la carrera del talento de Maryland no ha comenzado de la mejor manera posible. Ni su relación con la franquicia que apostó fuerte por él antes del draft 2017. Por ahora, es cuestión de que vuelva a jugar… y de que tenga claro que todo el mundo pondrá los cinco sentidos en la línea de tiros libres cuando le toque a él pasar por ella.