EL PERFIL
Worthy: el gran socio de Magic en los Lakers del 'showtime'
Tiene tres anillos, fue siete veces All-Star y está considerado uno de los mejores aleros de la historia. Jugó con Jordan en North Carolina y con Magic en Los Angeles Lakers.
La historia de la NBA ha sacado brillo a la posición de small forward. ¿Los mejores aleros de siempre? Kevin Durant y LeBron James devoran puestos en un ránking en el que figuran Paul Pierce, Dominique Wilkins, Rick Barry, John Havlicek, Elgin Baylor, Scottie Pippen y, por supuesto, Julius Erving y Larry Bird. Y James Worthy, el jugador en el margen derecho de la historia. Una estrella en los Tar Heels de North Carolina que acabó eclipsada por el fulgor de Michael Jordan, un jugador trascendental en los Lakers del showtime al que, claro, se recuerda como tercer pilar a la espalda de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar. Pero Pat Riley, el arquitecto de aquella revolución amarilla y morada, dijo esto de él: “no creo que haya habido aleros verdaderamente mejores que Worthy pero la gente no parece darse cuenta. Cuando estaba en su mejor momento nadie podía ni tocarle siquiera”.
James Worthy (27 de febrero de 1961: 53 años) jugó al baloncesto para que sus padres dejaran de matarse a trabajar. Y jugó de maravilla, un guante en aquellos Lakers que encarnaron Hollywood: letal en campo abierto, culminando con esos mates estilo estatua de la libertad las asistencias supersónicas de Magic Johnson. Fue además un demonio en el juego al poste y un competidor genético: primer número 1 del draft (1982) que aterrizaba en un vigente campeón, unos Lakers que se habían hecho con el pick de los Cavaliers y que añadieron a Worthy a un roster con Magic, Kareem, Michael Cooper, Norm Nixon, Bob McAdoo y Jamaal Wilkes, por entonces uno de los mejores aleros de la NBA y todavía a casi dos años de dejar su puesto en el quinteto titular a Worthy, que creció y creció hasta superar en jerarquía al último Kareem, ya en ruta hacia la retirada. En 1985 una lesión en un ojo le obligó a colocarse las gafas protectoras que se convirtieron en icono. Y en 1988 fue MVP de las finales que los Lakers ganaron 4-3 a los Pistons. Worthy lo bordó en los milimétricos partidos sexto y séptimo (103-102 y 108-105): 28 puntos y 9 rebotes en el sexto, 36 puntos, 16 rebotes y 10 asistencias en el definitivo.
Aquella actuación certificó la leyenda de Big Game James: el jugador de los grandes partidos, un apodo forjado desde la NCAA, donde también formó parte de uno de los mejores equipos de la historia. Junto a Michael Jordan y Sam Perkins. Ganó para North Carolina el título de 1982 ante la Georgetown de Patrick Ewing (63-62). Whorty (28 puntos, 13/17 en tiros) fue elegido Jugador Más Destacado de la Final Four y su palmeo ante la mirada impotente del gigante Ewing fue portada de Sports illustrated. Después fue tres veces campeón de la NBA (1985, 87 y 88), siete veces All-Star, entró en la lista de los 50 mejores jugadores de la historia y en el Hall of Fame y se retiraron sus números 52 de los Tar Heels y 42 de los Lakers. Cuando dejó el baloncesto, en 1994 y acosado por las lesiones, Magic Johnson avisó de que se iba “uno de los cinco o diez mejores jugadores de la historia de los playoffs”. El algodón no engaña: promedió 17,6 puntos y 5,2 rebotes en Regular Seasons y 21,1 y 5,2 en eliminatorias por el título. Para entonces el mundo del baloncesto ya estaba a sus pies aunque él se lo seguía tomando con su impertérrita tranquilidad: “Recuerdo llegar a la NBA y verme al lado de jugadores como Kareem o Magic Johnson… Después me ha tocado a mí ver cómo los jóvenes me decían que habían crecido viendo mis finales de los 80 contra los Lakers. Entonces te das cuenta de lo viejo que eres realmente…”.