Tony Parker y Kalnietis se citan en el encuentro por el oro

Francia y Lituania configuran una final inédita del Eurobasket, segunda consecutiva para los bleus ("se trata del mejor momento en la historia del baloncesto francés", dice Tony Parker) y la primera para los lituanos de Kazlauskas desde que alzaron el título ante España en 2003, en el Globen de Estocolmo. Francia luce una remota medalla de plata de 1949, cuando el Eurobasket se disputó nada menos que en El Cairo y aquellos bleus (dirigidos por Robert Busnel) perdieron el partido decisivo ante Egipto.

Del equipo lituano de 2003 en Suecia (Jasekivicius, Zukauskas, Slanina, Stombergas), sólo Ksystof Lavrinovic se mantiene en este grupo de Eslovenia: precisamente el hombre cuya bolsa de viaje fue fotografiada luciendo la cruz gamada, lo que motivó esta reflexión de Arvydas Romas Sabonis: "A veces, como en el caso de Ksystof Lavrinovic­, la estupidez humana es infinita. Pero también lo es la de la prensa de Lituania, que se ha dedicado a airear este incidente en lugar de ponerse del lado de su equipo".

MVP. La agresividad lituana y el juego atlético de Francia se cruzan en una final cuya resolución dependerá del compás que marquen las batutas de los dos bases, estrellas y directores de juego: Mantas Kalnietis y Tony Parker, que juegan también por el Trofeo al MVP del Eurobasket.

Tony Parker: "Nos queda lo más duro"

"Nos queda lo más duro: si se escucha a mis amigos y a mi madre, ya somos campeones. Tendremos que encarar mucho mejor la final que la semifinal, para que no nos vaya tan mal como en el primer tiempo ante España".

Jonas Maciulis: "Es una nueva generación"

"Somos una nueva generación del baloncesto lituano que ya hemos reemplazado a los antiguos. Hemos pasado la prueba y ha sido con un líder distinto en cada partido. Hemos demostrado que podemos representar a Lituania".