EL QUINTO CUARTO
El mejor Movistar Estudiantes del curso, ante el reto de la Copa
El Movistar Estudiantes afronta la Copa del Rey con todas las apuestas en contra. Es lo lógico teniendo en cuenta su balance en la Liga Endesa (ocupa la decimotercera plaza en la tabla con 8 victorias y 12 derrotas) y que se mide en cuartos de final al gran favorito al título, el Real Madrid. Pero la gran ilusión con la que asume el reto de competir en un torneo en el que no participaba desde 2013, el hecho de no tener nada que perder y, sobre todo, su trayectoria en 2019 le convierte en un rival muy peligroso para cualquiera. Pablo Laso, entrenador del conjunto blanco, tiene reciente la derrota en el derbi del pasado 6 de enero y a buen seguro que eso le hará mantener alerta a los jugadores del vigente campeón de Europa.
Y es que el actual Estudiantes no es el equipo que refleja la clasificación. Su transformación en lo que llevamos de año es evidente y queda patente en los resultados y en las sensaciones que transmite. Entre enero y febrero acumula un récord total de cinco triunfos y dos derrotas y en su feudo, el Wizink Center, escenario en el que se celebra la Copa, está invicto: 4-0. En este tiempo promedia 89 puntos por partido y ha superado los 90 en cuatro ocasiones, incluidos los tres últimos, dato llamativo teniendo en cuenta que en las 13 jornadas anteriores no lo logró nunca. Todo fluye desde el aterrizaje de Shayne Whittington, la pieza que ha solventado un problema claro en el juego interior y que ha hecho aumentar la química en un equipo que ha encontrado un quinteto titular muy definido (Cook, Brizuela, Gentile, Caner-Medley y el pívot norteamericano con pasaporte macedonio) y con el que se siente fuerte.
Las dos únicas derrotas del conjunto colegial de 2019 han llegado fuera de casa y por una diferencia global de siete puntos. Cayó en Málaga ante el Unicaja (82-76), cuarto clasificado en la actualidad en la ACB, después de dar la cara en un partido en el que tuvo las bajas de Gian Clavell, quien se ha asentado en el equipo en el rol de sexto hombre, y Goran Suton. Ese día, además, contó con menos minutos de los habituales con Darío Brizuela, máximo anotador nacional y segundo de la ACB (15,5 puntos de media), por problemas de faltas. La otra derrota sucedió en Fuenlabrada (93-92), cancha maldita para los del Ramiro (ha perdido allí en sus doce últimas visitas), después de desaprovechar un prometedor inicio de partido y un tiro libre en los últimos instantes que hubiera forzado la prórroga. Mientras, sus victorias llegaron, además de frente el Real Madrid (93-88), ante UCAM Murcia (73-88) en partido aplazado de la segunda jornada, Delteco GBC (86-62), Iberostar Tenerife (98-96) y Morabanc Andorra (91-90).
El Movistar Estudiantes ahora compite en cada partido, se divierte y tiene la confianza alta. Y nada de ello se veía venir a finales de diciembre, cuando ocupaba la penúltima posición con un pobre bagaje de tres victorias y 10 derrotas. La paciencia del club con Josep María Berrocal, técnico del equipo madrileño, la rápida adaptación de Whittington y el crecimiento con el paso de las jornadas de Alessandro Gentile han sido las principales claves de la metamorfosis. El jugador italiano llegó a España a finales de octubre fuera de forma, pero se encuentra ya a pleno rendimiento. En 2019 está en unos promedios de 17,8 puntos y 15,7 créditos de valoración, una clara mejora respecto a los 11,3 y 8,1 que acumuló hasta que 2018 llegó a su fin, y la pareja exterior que forma con Brizuela se ha convertido en una de las más productivas de la competición doméstica. La motivación del alero será grande en un escaparate como la Copa del Rey y conviene no olvidar que ya le endosó 25 puntos al Real Madrid en el partido de Liga.
La salida del decepcionante Nikola Jankovic también se ha acabado convirtiendo en una bendición para los del Magariños. Sin el pívot serbio, ahora jugador del Partizán de Belgrado, Víctor Arteaga ha encontrado el espacio para empezar a lucir y está mostrando su mejor baloncesto. Los números del conquense no mienten: ha pasado de unas medias de 5 puntos y 2,3 rebotes a 9 y 4,4 en 2019 con una presencia más regular en pista. Sus 2,12 metros a buen seguro serán un elemento clave ante Gustavo Ayón y Walter Tavares.
Todos estos factores parecen indicar que el Movistar Estudiantes llega a la Copa en condiciones de presentarle batalla al Real Madrid, una tarea titánica teniendo en cuenta el potencial de la plantilla del club blanco, gran dominador de la competición con 27 títulos, cinco de ellos en las siete últimas ediciones. Veremos si la tradicional rebeldía de los ramireños ante los grandes hace acto de presencia y es suficiente para vender cara su piel. De momento, ilusión no les falta y están en su mejor momento de la temporada.