MOVISTAR ESTUDIANTES

Shayne Whittington, el último ídolo de la afición del Estudiantes

En tan solo un mes, el pívot norteamericano se ha convertido en uno de los principales referentes de los colegiales tanto dentro como fuera de la cancha.

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Shayne Whittington saluda a la afición junto al delfín Ramiro.
EDUARDO CANDEL DIARIO AS

El Movistar Estudiantes se encontraba en coma a finales de diciembre. Los colegiales eran penúltimos de la Liga Endesa con tan solo tres victorias y unas sensaciones horribles sobre la cancha. El barco tenía una amplia vía de agua y el capitán, Josep María Berrocal, parecía cerca de abandonar la nave por voluntad ajena. Una muestra de ese drama fue el partido contra el MoraBanc Andorra. En el Principado, los estudiantiles hicieron uno de los peores (sino el peor) encuentro de la temporada: desbordados en cada centímetro de la pista, cayeron por 14 puntos (96-82). 

En ese desastroso encuentro debutó Shayne Whittington (27 años y 2,08). El ala-pívot de Paw Paw (Míchigan), presentado dos días antes, llegaba desde el mismo Andorra en busca de mayor protagonismo y para cubrir el gran quebradero de cabeza del Estu: faltaba un alto con calidad, puntos, defensa y fuerza en el rebote. Y el norteamericano cumplió inmediatamente con ese deseo. En los cinco partidos que ha disputado (sin contar su estreno), promedia 15 puntos (60,7% en tiros de dos y 61,1% desde el triple) y 4,8 rebotes para 15,8 de valoración. Sería el segundo máximo anotador de la plantilla solo por detrás de Brizuela (16) y el primero en valoración. Números que han alzado al equipo hasta la undécima clasificación con siete triunfos.

"Nos aporta muchas cosas que no teníamos antes: abre el campo, sabe jugar y ha venido con mucho deseo y ambición. Nos ha dado un cambio", dijo Berrocal antes de enfrentarse al Gipuzkoa. Contra los vascos, el Estudiantes logró su tercera victoria en cuatro partidos. La cuarta, y segunda consecutiva, llegó este pasado domingo frente al Iberostar Tenerife en la prórroga.

La calidad de su fichaje no se ponía en duda. En su primer año en la Liga Endesa había sido el máximo anotador (11,7) y reboteador (5,5) del Obradoiro, una actuación que le llevó a saltar al Andorra y a la Eurocup. Sin embargo, pocos esperaban su completa e inmediata conexión con la afición, que comenzó nada más acabar el derbi contra el Real Madrid. 

Una simple cerveza

El gigante de la barba pelirroja quiso celebrar la victoria contra el eterno rival junto a su nueva hinchada y lo hizo como solo un buen demente sabe hacer: cerveza en mano. Tras saludar a todo aquel que se cruzaba en su camino, entró en el bar Victoria (aledaño a la salida de jugadores del WiZink Center), adquirió un tercio y tras una largo trago, agitó la bebida para mojar a todo los aficionados que le rodeaban. 

"Ha conectado con el equipo y el público desde el minuto uno, está siendo muy importante", continuó el entrenador. "Ha dado positivismo. Tiene un buen carácter y ha empatizado muchísimo con los compañeros y el cuerpo técnico. Parece que lleva toda la vida en el club. Y eso lo necesitábamos por el tema de la confianza: estábamos un poco alicaídos y nos ha dado mucha confianza", asegura Willy Villar, director deportivo del Movistar, a As. 

Esa acción le abrió el corazón de todos los estudiantiles. Y él lo sabe. Y se hace querer. Su actividad con los aficionados en redes sociales es constante al igual que su conexión con la grada en los partidos. Su identificación con los aficionados siendo foráneo solo es comparable a la de Nik Caner-Medley, otro guerrero adorado en los patios del Ramiro. Si echamos la vista atrás, la comparación como Petar Popovic, el hombre que se subió a la valla de la grada demente cuando mató al Madrid en el derbi de 2009, está justificada.

"Nunca tienes la certeza 100%, pero lo esperábamos sin duda porque al final realizas los fichajes pensando en positivo. Tenía referencias de que era un buen chico que podía adaptarse rápido. También venía de esta Liga y eso ayuda. Estamos encantados de la vida con que su rendimiento haya sido inmediato porque entre cosas, los necesitábamos", continuó Villar sobre la adaptación y unión de Whittington, el último héroe colegial.

Shayne Whittington celebra una victoria con el resto de sus compañeros.