Las deliciosas milanesas (escalopes) de ternera a la napolitana, cubiertas con salsa de tomate, jamón y queso gratinado, acompañadas de crujientes patatas fritas, serán más que nunca un plato especial para Leo Messi. La frecuencia con que podrá comerlas bajará sensiblemente. De hecho, lo saben ya en Las Cuartetas, el restaurante argentino que el joven crack del Barça visitaba hasta ahora al menos una vez por semana.

Messi está bajo un estricto control de los médicos y los fisioterapeutas desde que volvió a sufrir una rotura fibrilar en un muslo, durante el encuentro de vuelta contra el Celtic, a comienzos de marzo. A fin de prevenir nuevas lesiones, los especialistas realizan un seguimiento estricto de cuanto come y bebe el Pulga, además de poner especial empeño en sus ejercicios de calentamiento y estiramiento muscular antes y después de partidos y entrenamientos.

Cereales con leche en abundancia, por su alto contenido en carbohidratos, leche chocolatada o con café, una pieza de fruta y mermelada constituyen el desayuno aconsejado para Messi. En almuerzo y cena, el delantero debe tener especial cuidado en evitar las frituras y las grasas, para comer sobre todo pasta, arroz, patatas (cocidas) y filetes (de ternera, pollo o cerdo, siempre a la plancha). Con esto se persigue llenar el depósito de glucógeno, principal fuente de energía para los músculos.

Líquido, azúcar, sal.

Messi tiene que vigilar también la ingesta de líquidos. Se le recomienda mucha agua, en vez de sus amados refrescos de cola, sobre todo porque el azúcar refinado debe tener límite. Lo mismo ocurre con la sal, sobre todo la escondida en los alimentos congelados o precocinados.

Por fin, los ejercicios de calentamiento previos a entrenamientos y partidos, y los estiramientos antes y después de la práctica deportiva cuentan ahora con un especial mimo por parte de Messi, consciente de su fragilidad muscular.