El problema del uso de programas que afectan a los videojuegos y su justo funcionamiento no es sólo un inconveniente para la integridad y respeto de los jugadores afectados, en el mundo competitivo también es una falta muy grave que atenta contra el espírtu de la profesión.
A día de hoy siguen registrándose numerosos casos aislados de jugadores que siguen utilizando estos hacks para hacer trampas y ganar deshonrosamente. El sistema detector VAC de Valve llegó a registrar recientemente hasta 4604 cuentas que fueron eliminadas entre CS:GO y Dota2 en un sólo día, que aunque no sea lo más común, sigue resultando preocupante.
El ejemplo de Corea del Sur
En Corea del Sur se decidió poner fin a estas prácticas fraudulentas con la aprobación de una ley el pasado mes de diciembre para ilegalizar su uso y penarlo con hasta cinco años de carcel y multas de 43.000 dólares de máxima.
En el país asiático, Overwatch es el principal juego afectado por scripts, y Blizzard sigue en guerra directa con empresas creadoras de estos servicios, capaces de actuar con impunidad y generar gran cantidad de beneficios sin que les importen las consecuencias.
Esta nueva ley está a punto de salir a la luz, concretamente el día 21 de junio, siendo la primera regulación a nivel internacional en contra de esta clase de servicios. Por si fuera poco, el nuevo presidente del país prometió a sus votantes mejorar las condiciones del sector de los videojuegos y de los deportes electrónicos, elevando con ello enormemente la consideración de Corea del Sur dentro del entorno.