Violencia en México y políticas de USA obran contra el Mundial 2026
Un reporte independiente comisionado por el Comité de la candidatura conjunta establece preocupaciones en torno a los derechos humanos en los tres países.
El proceso de concesión de la Copa del Mundo de la FIFA 2026 entra en su fase definitiva: las evaluaciones finales. Mientras la fecha de la decisión del Congreso de la FIFA se acerca (13 de junio de 2018), las propuestas contendientes apuran a cumplimentar el cuaderno de requisitos. Uno de los ejes rectores impuestos por la FIFA a las candidaturas es la vigilancia y respeto a los Derechos Humanos, como dictó la Federación en la explicación del procedimiento publicada el 7 de noviembre pasado. Para ello, cada propuesta deberá presentar, como parte de su cuaderno de cargos, una investigación independiente que demuestre si los países en cuestión cumplen o no los estándares de los Derechos Humanos reconocidos de acuerdo al derecho internacional.
El dossier encargado por United 2026 (la candidatura tripartita México-Estados Unidos-Canadá) a la agencia británica Ergon arroja conclusiones poco halagueñas para los países implicados en temas puntuales como, como la libertad de expresión, el derecho a la inmigración y el tránsito aéreo entre las tres naciones. Sin embargo, la resolución general describe la sanidad constitucional y democrática de los países y que su Estado derecho garantiza los DDHH fundamentales.
México fue el objeto de la mayoría de las preocupaciones descritas por la investigación. La violencia engendrada por la guerra contra los cárteles del narcotráfico, la violencia sexual endémica contra las mujeres, la proliferación de conductas discriminatorias por parte de los aficionados al fútbol (una referencia indirecta al grito 'homofóbico': "ehhh pu..."), y el acoso a periodistas, medios de comunicación y activistas de Derechos Humanos podrían conllevar intranquilidad para los inspectores de FIFA, presentes en México durante el 9 de abril para evaluar las consideraciones pertinentes al país y la solicitud mundialista.
Precisamente, el punto de la transgresión a la libertad de expresión es el que más se desarrolla en el informe, que detalló "numerosos reportes de violencia", muchos de ellos, a manos de las fuerzas del Estado. "Hay, desafortunadamente, significativos ejemplos en México de periodistas sujetos a violencia verbal, física, y amenazas incluyendo asesinatos, basados en sus actividades", alerta Ergon, basado en las estadísticas de la agencia estadounidense Freedom House, que ubica a México como el segundo país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Ergon sospecha que la violencia latente podría incrementar si México ejerce como sede de la Copa del Mundo y conmina al Comité organizador a participar en defensa de los derechos.
Las políticas migratorias de Estados Unidos también son tratadas en el reporte de Ergon. Las órdenes ejecutivas firmadas por el presidente de la Unión Americana, Donald Trump, (actualmente, bajo revisión jurídica por el Departamento de Justicia acusadas de inconstitucionales por tribunales locales) atentan contra el libre tránsito de personas y están motivadas por la discriminación, estimó la agencia. Además, el dossier subraya que las medidas lanzadas por el gobierno estadounidense, bajo pretexto de salvaguardar la seguridad nacional, "apunta de manera injusta a minorías y migrantes".
Un punto a favor de la candidatura tripartita es que el riesgo a violentar los derechos de los trabajadores decrece notoriamente al no requerir de grandes obras, pues todos los estadios contemplados en la propuesta presentada ante FIFA ya están construidos y solo requerirían de mejoras mínimas. No es el caso de Marruecos, la competidora de United 2026, que tiene planeados ocho recintos nuevos, cuyo costo total se elevará, como mínimo, hasta los 15 mil millones de dólares. No obstante, el Comité del país magrebí no ha hecho público su informe de Derechos Humanos, a diferencia de United 2026.
A grandes rasgos, Ergon considera que México, Estados Unidos y Canadá cumplen con los mínimos estándares democráticos y ha acentuado su historial como defensores de los Derechos Humanos y el desarrollo de las naciones en el escenario mundial. Además, alabó que los tres países, en general, poseen leyes que brinda certidumbre jurídica en asuntos clave concernientes a las garantías individuales, como la no-discriminación, libertad de expresión, de reunión, de seguridad y privacidad.