¿Qué fue de los 14 rojiblancos de la Europa League de 2010?
Siete de los trece que jugaron la final ante el Fulham siguen jugando. Seis, están retirados. Sólo uno de aquellos sigue, y no jugó: Koke.
Aquella Europa League de 2010 fue un cambiar de paso para el Atlético. El primer título en catorce años. Después llegaría Simeone, para hacer gigante ese adiós a los años grises, para devolver el lustre a ese nombre, Atlético de Madrid, en Europa. De los catorce futbolistas que disputaron la final el 12 de mayo de 2010 ante el Fulham ninguno sigue ya en el Atlético. Ocho siguen jugando, seis colgaron las botas ya. Así están, ocho años después de Hamburgo.
De Gea
Adelantó a Asenio aquella temporada 2009-10 cuando todo parecía que el segundo, fichado, sería el portero del Atlético años. Indiscutible en el Manchester United, indiscutible en la Selección, uno de los mejores porteros del mundo. El Real Madrid le pretende.
Ujfalusi
Retirado en 2013 por problemas en una rodilla, Ujfalusi fue durante seis meses director deportivo del Galatasaray. Representante de jugadores, vive en República Checa, y su nombre no se ha apagado en el Fondo Norte rojiblanco. No lo hizo en el Calderón. Viajó al Wanda Metropolitano. "Uj-fa-lu-si", se escucha, cuando desde la grada se pide entrega.
Perea
Retirado en 2015, no se ha ido demasiado lejos: el colombiano, superado esta temporada por Godín como el extranjero con más partidos en la historia del Atlético (314), entrena desde esta temporada al Cadete C del Atlético. Cuando lo dejó lo tuvo claro. Quería entrenar. Y para ello, aprender del mejor, ese que fue su compañero unos meses, cuando llegó al Atlético, Cholo Simeone.
Domínguez
Retirado en 2016, cuando cumplía su cuarta temporada en el Mönchengladbach, equipo al que se fue tras el Atlético. No podía más con los problemas de espalda. Apenas dejaban ni dormir. Entrenar era un suplicio. Tan joven, 27 años, con media vida de fútbol aún por delante. Aunque estuviese lejos, siempre presumió de rojiblanco, siempre animó. Desde la tele, desde Instagram. Tuvo una oferta del Atlético para pasar a los despachos. La rechazó. Hoy colabora con la AFE.
Antonio López
El gran capitán, ese futbolista cuyas manos alzaron en Hamburgo ese título, tanto tiempo deseado también se retiró. Fue dos años después de dejar el Atlético, en 2014, rumbo a Mallorca. Una grave lesión de rodilla influyó. Hoy es representante de jugadores con AL Eventos Deportivos, con más de 20 jugadores en cartera.
Reyes
Regresó a Sevilla, pasó por el Espanyol, quedó libre media temporada de la 2017-18 hasta el último mercado invernal, que fichó por el Córdoba.
Assunçao
Su último equipo fue en Grecia, el Levadiakos, 2013-14, aunque no disputaría un minuto, un partido. Tras cuatro años en el Atlético, la 2010-11 fue su última temporada, pasó por el Sao Paulo y el Depor. Vive en Madrid y no muy lejos del Cerro del Espino. Su hijo, Gustavo Henrique, es uno de los más destacado del Juvenil B del Atlético.
Raúl García
Otro de los nombres que jamás se apagarán en la grada del Wanda Metropolitano. El de Rulo, don Raúl García Escudero. El 31 de agosto de 2015 fichó por el Athletic. Se despediría del Atleti en una rueda de Prensa en la sala VIP del Calderón llena de compañeros, y amigos, y entre lágrimas. En Bilbao, dos años y medio después, es también referente. Para un atlético, siempre será uno di noi. Siempre, siempre.
Simao
Forlán
El goleador de aquella noche no cuelga las botas, con 38 años sigue jugando, y goleando. El Internacional, Japón (Osaka) y ahora Hong Kong han seguido contando sus goles. Como aquellos dos que le marcó al Fulham, el día de Hamburgo. El último en la prórroga, aquel 2-1 que sería el título, la copa al aire de Antonio López. Llegó al Kitchee el 4 de enero. Sus botas ya suman cinco goles. Es de verdad incombustible.
Agüero
Siete temporadas ya en el Manchester City, tras irse regular el verano de 2011 del Atleti, tonteo con el Madrid incluido. Campeón de la Premier dos veces (2012, 2014), de Copa de la Liga (2014, 2016) y una Community Shield (2012) sigue siendo como aquel chaval que llegó al Atleti con 18 años y la cumbia de Los Leales atronando en los oídos: de los más diferentes y únicos que verían aquellos ojos, los del cemento del viejo Calderón.
Jurado
Primer cambio aquella noche: entró en el 68', por Simaon. Después del Atlético, se fue al Schalke (2010-12). Y pasaría por Rusia (Spartak, hasta 2015). Y por el Watford inglés (2016) antes de regresar a España la temporada pasada, con Quique Sánchez Flores, el entrenador aquella noche de Hamburgo, y convertirse en perico, jugador del Espanyol. Su pie, su clase, sigue siendo distinto a la de los demás.
Salvio
Otro de los tres cambios. Entró por Reyes en el minuto 78. Se fue al Benfica. Regresó al Atleti. Volvió al Benfica. Y allí lleva ya seis temporadas. Y cuatro operaciones de rodilla.
Valera
El último cambio. Minuto 119', el último de la prórroga, cuando el Atleti ya era campeón, por Agüero. Una lesión de cadera le retiró del fútbol. Fue en 2016. Tenía 31 años.
Los únicos dos que siguen: Koke y Tiago
De todos aquellos que eran, la plantilla entera, suplentes, canteranos que subían y bajaban, hay dos que aún sigue, de un modo, de otro. Uno es Koke, entonces un chaval que no disputó un minuto de la final, ese que recibía consejos de Antonio López cada vez que entrenaba con el primer equipo. Hoy, ocho años después, rojiblanco más joven en llegar a los 350 partidos con el Atleti. Si hay alguien capaz de alcanzar ese hito, los 550 de Adelardo, ha de ser él. Man of the club, firmó el pasado verano no cambiar de club hasta, al menos, hasta los 33 años, hasta 2024. Desde 2015 es tercer capitán del Atleti, tras Gabi, primero, y Godín. El otro es Tiago, que está aunque no esté, aunque se retirara en mayo pasado, tras una rotura de tibia y otra lesión que se enredó meses, a la vez que el Calderón. Simeone no le dejó ir muy lejos. Sabía el Cholo que su cuerpo técnico sumaría si el portugués cambiaba el corto por el traje, si Tiago se quedaba, aprendiendo un nuevo oficio, el de entrenador. Aquella final de Hamburgo no la jugó porque no podía por contrato: había llegado mediada la temporada desde la Juve. Hoy, cada vez más hecho a los entrenamientos, a su nuevo rol, es difícil verle lejos de un balón. Siempre lo tiene cerca. Del pie, en la mano. Sobre estos también queda. Ese poso. El de toda su sabiduría.