Guardiola pone en valor a los defensas
¿Son mejores los defensas o los delanteros? A primera vista, la respuesta es obvia: los delanteros. Todos lo sabemos desde pequeñitos: los mejores juegan adelante, los menos buenos juegan atrás. Así es en el colegio, en el barrio, en la playa. Pero el otro día trataba este tema Kiko en As, cuando contaba que en las pachangas post-partido que jugaban delanteros contra defensas “siempre terminaban ganándonos los Solozábal y López de turno.” Hace tiempo que planteo esta reflexión a la gente del fútbol: entre un equipo de buenos defensas y otro de buenos delanteros, ¿quién ganará? Siempre me dicen que los defensas.
Qué paradoja. El mercado dice lo contrario: los delanteros valen más, son traspasados por más dinero, cobran más y todos vemos natural que así sea. Salimos de casa, cogemos el metro, cruzamos la ciudad para ver a nuestros delanteros. De los defensas propios esperamos que nos quiten problemas, pero nos lleva al campo la devoción por nuestros delanteros o el miedo morboso por los del rival. Sin embargo, si el portero es expulsado, el entrenador, sea el que sea, sustituye a un delantero para meter al otro portero. Y más: si el expulsado es un central, también quitará un delantero para meter al central suplente.
Y de repente se han empezado a cotizar. Los 80 millones que el Liverpool pagó por Van Dijk fueron un campanazo, pero ya llamaban la atención las tremendas cantidades que Guardiola venía gastando en defensas. Él blasona de que nunca gasta una fortuna en un jugador, pero ha repartido una cantidad inmensa en varios defensas. Su último alarde han sido los 65 millones por Laporte, cuya consecuencia inmediata fueron los 32 del Athletic por Íñigo Martínez, con la consiguiente bronca. Al tiempo, Sevilla y Betis han tenido gresca por Layún, compensada con el fichaje bético de Marc Bartra. Los defensas están de moda.