¿Qué fue de Daniel Román? Campeón de liga, ahora recoge basura
Fue dirigido por un campeón del mundo como Daniel Pasarella, en la época del Guille Franco y Jesús Arellano; ahora se gana la vida en su natal Veracruz
De ser campeón de liga con Rayados en el Clausura 2003, dirigido por un campeón del mundo como Daniel Pasarella, pasó a ser un recogedor de basura que no se avergüenza ni se arrepiente de algo, pues se considera un afortunado que triunfó en su pasión: el futbol.
Daniel Román Rosas, mejor conocido como el ‘Dany’ Román o el ‘Churro’, era un defensa lateral con gran pegada de derecha. Durante sus mejores momentos le tocó compartir vestidor con figuras como Antonio De Nigris, Guillermo Franco, Alex Fernandes, Jesús Arellano, entre otros.
Nacido en Boca del Río, Veracruz, Román Rosas surgió de las fuerzas básicas de los Tiburones Rojos, y en el año 2000 fue transferido al Monterrey, equipo con el cual vivió sus mejores momentos en Primera División, un total de cuatro años en el máximo circuito.
Pero luego de ese campeonato en el Clausura 2003 comenzó el ocaso del ‘Dany’ Román, quien al siguiente torneo regresó al Veracruz para jugar ahí durante un año antes de ir a Cobras, filial de Rayados en el 2004.
Para el 2005 volvió a vestirse de tiburón rojo con Daniel Guzmán como estratega, pero sólo se quedó un torneo corto para después ir a la Primera A otra vez con el Tampico, en donde militó hasta el año 2008 cuando recaló en Tigres B antes de retirarse en el 2009 con Hermosillo.
Entonces, la vida para el 'Dany' Román dio un giro, y tuvo que dedicarse al servicio público, en la recolección de basura, para ganarse la vida. Sin embargo, en su natal Boca del Río lo ven como un ídolo, ya que no es común encontrar que alguien de ahí que haya jugado en Primera División y mucho menos que haya sido campeón. Incluso lo admiran a tal grado de pedirle fotografías después de que se lleva la basura.
Pero eso no es todo, por las tardes, el Churro es entrenador de una filial de los Tigres en aquel lugar del puerto jarocho… el eterno rival del equipo con el cual alcanzó la gloria.