Andrés Guardado anotó, pero no evitó la derrota del Betis
El mediocampista mexicano consiguió marcar en la liga española, pero su equipo cayó frente al Celta de Vigo.
Perder por ser fiel a tu estilo es una frustración inmensa. Al Betis le sucedió. Fue en una jugada típica de la pizarra de Setién. Adán busca dar salida al balón en corto, se apoya en Javi García y éste, ya sea por exceso de confianza o por falta de una voz de alarma, no puede más que observar cómo Radoja le arrebata el balón en un pestañeo. Para mayor desgracia bética, el balón fue a parar a los pies de Iago Aspas. Y eso siempre suele ser sinónimo de condena. El moañés controló, levantó la cabeza para ver el panorama y envió el balón a la red con su mágica zurda. Una jugada de pizarra, un fallo y un gol en contra. Los problemas de detestar el balón en largo.
El duelo de estilos ofensivos, aunque con matices que diferencian a Celta y Betis, comenzó con dominio local. El balón empezó siendo verdiblanco e incluso amenazaron en un par de ocasiones la meta de Rubén Blanco. Guardado fue el protagonista principal en esas acciones, pero en la primera erró por ser zurdo (su derechazo se fue muy desviado) y en la segunda por la sobriedad de Sergi Gómez, muy atento al cruce. Y con el Betis cocinando el partido a su gusto, llegó la jugada del primer gol. El golpe noqueó al conjunto de Setién, que se fue amilanando conforme pasaban los minutos y llegó al descanso desquiciado.
El paso por el vestuario no le sirvió al Betis para recuperarse, más bien todo lo contrario, aún salió más atolondrado. El Celta olió sangre y fue directo a por la presa. Maxi se puso al mando de la cacería y tuvo infinitas oportunidades en pocos minutos. Primero remató fuera, después Adán le negó el gol con dos paradones a bocajarro, más tarde fue víctima de un penalti no señalado por un agarrón de Feddal y por último vio al fin puerta con un cabezazo, atropellando incluso a su socio Aspas, que también fue a rematar el gran centro de Jonny.
Con el partido muy cuesta arriba, casi aniquilado, Sergio León se encontró un gol de la nada. En un centro perdido, Rubén metió la mano para desviarlo a la banda, alejándose así de la portería. Guardado vio el hueco y asistió de primeras al punta verdiblanco para que anotara a puerta vacía. Todavía quedaba mucho partido (veinte minutos) y el desenlace era una auténtica incógnita. Hasta que volvió a aparecer Iago Aspas. El moañés remachó una vertiginosa contra céltica, tras la enésima pérdida bética, con un toque majestuoso.
Parecía la sentencia e incluso se presagiaban más goles locales. Porque el Betis estaba noqueado y porque el Celta no persistía en su intento de hacer daño. Sin embargo, un doble error de Roncaglia dio emoción en los últimos segundos. El defensa midió mal el bote de un balón totalmente inofensiva y acto seguido cometió penalti sobre Joaquín. Guardado no perdonó desde los once metros, pero el Celta supo mantenerse firme en el descuento y consiguió una victoria que le catapulta hacia Europa. Sigue séptimo y ya tiene a tiro al Sevilla, a sólo dos puntos. El Betis se desengancha de esa pelea, manteniéndose en la zona templada de la tabla.
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