Domínguez: "Con 27 años me pregunté, ¿merece la pena vivir?"
"Tuve indicios de depresión. Me replanteaba si merecía la pena vivir con 27 años. Es incomprensible que pase esto en un club como este".
Álvaro Domínguez pasó por los micrófonos de ‘El Larguero’ en la Cadena SER. El jugador, que hace unos días anunció su retirada del fútbol, recibió apoyo de varios jugadores durante el programa, como Koke o Morata, pero se le vio dolido con el club por la forma en la que le trataron.
Fin de su carrera: “Para mí el fútbol se ha acabado. Ha sido una decisión forzada, no he podido elegir y a día de hoy tengo secuelas. Ahora el objetivo es jugar sin dolor porque me levanto con dolor y me voy a la cama con dolor. Mis condiciones hace un año eran lamentables. Tengo tres hernias discales. No podía hacer mi vida".
Ayuda del club: “Nunca me ha informado de lo grave que era esta lesión. Yo confié en los servicio médicos. Jugué meses con una cadera cuatro centímetros más alta que la otra. Así jugué meses, con calmantes. Cuando llegaba a casa me pasaba dos o tres días en la cama. El club, los médicos y el entrenador lo sabían, de vez en cuando me quitaban de los entrenamientos, pero sin embargo jugaba. Nunca supe de la gravedad de esto y si volviera atrás no daría un paso más por mínimo que fuera el dolor. A día de hoy me han operado dos veces y tengo la incapacidad física. Me he sentido abandonado por el Borussia Mönchengladbach y maltratado psicológicamente. Tuve indicios de depresión importantes. Me replanteaba si merecía la pena vivir con 27 años. Es incomprensible que pase esto en un club así. He sufrido bastante".
Fichar por el Mönchengladbach: "No me arrepiento, pero todo podía haber salido mucho mejor. He llorado más de rabia que de dolor porque me he sentido sólo y que me quedaba sin carrera y sin salud sin que me ofrecieran una solución. Hace un mes que hablé con el director deportivo y desde entonces no he sabido nada del club, incluso después de anunciarlo. Higuaín, Yaya Touré, Altintop o Cazorla se han operado de la espalda y han seguido jugando. Vi al doctor del Bayern Munich y según me vio, se echó las manos a la cabeza. Me dijeron que me podía haber quedado inválido. En el estadio de la Juventus no podía ni esprintar ni saltar y le dije a Morata que si no metía gol tal y como estaba…".