Demuelen la casa de Antonio Banderas

Duro varapalo para Antonio Banderas. La justicia ha ejecutado la orden de demolición de Las Gaviotas, su residencia habitual desde hace más de dos décadas. El inmueble, ubicada en la urbanización marbellí de Los Monteros, ha sido uno de los enclaves más significativos para el actor. En sus interiores vivió su matrimonio con Melanie Griffith, de la que se divorció en 2014, vio crecer a su hija Stella del Carmen y hasta pasó un confinamiento con su actual compañera de vida, Nicole Kimpel.

Sin embargo, esta mansión ha estado envuelta en problemas legales que comenzaron cuando fue construida gracias a una licencia ilegal emitida por el entonces alcalde de Marbella, Jesús Gil. La ilustre y reconocida locutora de radio, Encarna Sánchez, fue la primera propietaria de esta vivienda, que luego pasó a los dominios de Banderas, quien la compró en 1997 tras el fallecimiento de la periodista. Desde ese año, se convirtió en la residencia principal del intérprete hasta la fecha.

La Gaviota empezó a cosechar una gran notoriedad en medios de comunicación cuando los propietarios de la urbanización de Los Monteros denunciaron que la mansión del actor ocupaba terreno público del corredor marítimo. Esta queja llegó a las manos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que declaró ilegal la construcción. En 2010, el escenario cambió por completo cuando el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Marbella legalizó la vivienda a cambio de que el actor cediera 1.243 metros cuadrados de su jardín para la construcción de un paseo peatonal.

Esto solo fue un espejismo. El actor, que aceptó el acuerdo, vio como su vivienda fue declarada como ilegal por una sentencia emitida por el Tribunal Supremo en 2015, que consideraba, que el Ayuntamiento de Marbella no tenía la potestad para legalizar lo que fue construido en 1995. “No he cometido ninguna ilegalidad. Compré la casa a un tercero con todos los papeles en regla y si me engañó el Ayuntamiento yo no tengo ninguna culpa”, afirmó Banderas en una entrevista con Vanitatis.

Dicha sentencia acordó la demolición de su vivienda, pero siguió viviendo de manera regular pese a comprar un ático en el centro de Málaga. Casi nueve años más tarde, Banderas ha puesto el punto y final a su periplo en esta residencia que tanta felicidad le otorgó en los mejores años de su vida, tanto en lo profesional como en lo personal.

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