Kiko Matamoros confiesa que sufrió acoso sexual
El colaborador de ‘Sálvame’ y ‘Viva la vida’ hace público un relato desgarrador en el que cuenta uno de los episodios más traumáticos de su vida.
El podcast ‘Lo que tú digas’ de Álex Fidalgo ha recibido esta semana como invitado a Kiko Matamoros, habitual colaborador de programas de Mediaset. El televisivo se ha abierto en canal para dejar que los oyentes conozcan al verdadero Kiko más allá del que todos conocemos gracias a la pequeña pantalla. Matamoros ha hablado durante poco más de una hora sobre su infancia, su trabajo, la política y su actual relación con Marta López Álamo, cuarenta años menor que él.
A lo largo de su relato, Kiko Matamoros ha sorprendido a todos desvelando uno de los episodios más traumáticos de su vida. Ocurrió durante su infancia cuando sufrió violencia dentro del propio hogar familiar. El colaborador de ‘Sálvame’ y ‘Viva la vida’ confiesa: “a mí en casa y en el colegio me daban unas somantas de palos increíbles. Algunas salvajes. Recuerdo un puñetazo que me dio mi padre que sangraba mucho por la nariz y yo me di otra vez contra la pared par que no parase de sangrar”. “Pensaba: ‘a ver si me muero ya’”, añade dejando totalmente descolocados a todos los seguidores del podcast.
Siguiendo en el plano familiar, el madrileño ha tenido unos minutos para hablar de su actual relación con su hermano Coto Matamoros. “He aprendido a vivir sin mi hermano y estoy muy a gusto”, reconoce. Kiko explica que fue él quién lo metió en la televisión y que le explicaba cómo funcionaban los medios de comunicación ya que “Coto ni tenía ni put* idea”.
Acoso sexual en el colegio
El infierno de Kiko Matamoros no solo estaba dentro de las cuatro paredes de su casa. En el colegio, el tertuliano tampoco encontraba la calma. “Con siete años viví acoso sexual en el colegio. Pero muchos de mis compañeros sufrieron abusos sexuales por parte de los religiosos”, desvela. “En aquella época los abusos sexuales estaban a la orden del día”, recuerda mientras explica que al menos diez compañeros de él, padecieron esta dura situación.
“En mi juventud medíamos la virilidad a base de hostias. Nos fascinaba la violencia que es lo que vivías en la sociedad. Hace veinte años que no le doy una hostia a alguien”, asegura. Además, deja claro que no estaba dispuesto a repetir tipo de situaciones con sus cinco hijos. “He sido muy liberal con mis hijos, nunca les he puesto la mano encima”, añade.