GASTRONOMÍA

Mesón de Cándido, el cochinillo que ha conquistado medio mundo

Este rincón es un referente gastronómico imprescindible en la bella ciudad de Segovia.

Imagen del Mesón Cándido.

Mesón Cándido se alza majestuosamente a orillas del emblemático acueducto de Segovia, con una seductora solemnidad y varios legendarios tomos de libros de firmas, que recogen en el seno de sus páginas las visitas de destacadas personalidades de diversa índole. Celebrities locales, nacionales e internacionales, no dejan de acudir a este centenario mesón que ha convertido el ritual del corte del cochinillo en un auténtico espectáculo. En la actualidad, el propio Cándido, que personifica la tercera generación de la saga familiar, se encarga personalmente de trinchar el emblemático manjar con un plato, que tras finalizar la faena lanza al aire y termina hecho añicos entre aplausos y vítores de su expectante público. Un restaurante con un encanto especial. Con solera y tradición. Un icono a nivel mundial que esconde tras sus sólidas paredes interminables anécdotas y momentos, que el propio Cándido no duda en relatar. Una y otra vez. Alimentando nuestra curiosidad y conquistándonos aún más si cabe.

Un hombre que a sus bien llevados ochenta y ocho años, continúa acudiendo cada día al mesón para atender personalmente a sus clientes. A la hora de la comida y de la cena. Cándido, un apasionado de su profesión y de la vida, disfruta cada momento. Saluda, atiende, recibe. Siempre con entusiasmo y con una amplia sonrisa en los ojos que la dichosa mascarilla no logra enmascarar. Una mente privilegiada. Un hombre hecho a sí mismo que logró sacarse la carrera mientras trabajaba en el mesón, aprovechando los ratos libres para estudiar entre servicio y servicio. Audaz, inteligente y empático, Cándido conquista de inmediato. Una personalidad arrolladora y una desbordante ilusión, explican que cada día vayan a visitarle personalidades de todo el mundo. Actores, políticos, escritores, deportistas, miembros de la realeza... Es raro encontrar a alguien que no haya disfrutado nunca de la excepcional propuesta gastronómica del Mesón de Cándido.

Inaugurado en 1786, el mesón arrancó su andadura como Casa El Chato. Un humilde establecimiento en la histórica ciudad de Segovia que poco a poco logró dar el salto a la fama con largos días de trabajo. Mucho esfuerzo. Constancia. Un establecimiento que hoy en día, se caracteriza por la calidad de sus platos, su excelente servicio y su famoso cochinillo. Situado a los pies del emblemático acueducto, el Mesón de Cándido ha sobrevivido, guerras, golpes de estado y pandemias. Un lugar solemne. Majestuoso. Excepcional. Un icono de la gastronomía que jamás defrauda y continúa atrayendo a un excelso público que ansía saborear el que podríamos calificar como el mejor cochinillo del mundo.

En esta ocasión tuvimos el gran honor de disfrutar de un excepcional jamón Bernardo Hernández de Guijuelo. De bellota cien por cien con cuatro años de curación, y cortado al momento, es junto con el cochinillo, otro de los platos más demandados del mesón.

Tras dar buena cuenta del magnífico jamón, tuvimos la gran suerte de presenciar la magnífica ceremonia del corte del cochinillo. Plato en mano, el propio Cándido hizo los honores, estampando sin piedad el plato empleado para tal menester contra el histórico suelo del restaurante. Aplausos, silbidos y flashes de los múltiples teléfonos móviles del establecimiento otorgaron a la ceremonia de un encanto especial. Una puesta en escena digna del fabuloso bocado que tuvimos la gran suerte de saborear. Elaborado con mucho amor, a fuego lento y con maestría, el cochinillo de Cándido es una verdadera joya gastronómica. Sabroso, delicado y absolutamente delicioso, en contra de todo pronostico no resulta nada pesado. Acompañado de una acertada ensalada de lechuga, tomate y cebolla, se disfruta incluso a la hora de la cena, que fue cuando lo probamos, sin dejarnos con una desagradable sensación de pesadez.

Imagen de Cándido cortando el cochinillo.
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Imagen de Cándido cortando el cochinillo.Ana S. Diéguez.

De postre, lo más típico, sin duda, el ponche segoviano, aunque también merece la pena probar sus deliciosas torrijas caramelizadas, acompañadas de un fantástico helado de chocolate con base de galleta. Un dulce exquisito y nada empalagoso que nos tienta a rebañar el plato hasta dejarlo resplandeciente.

Torrija caramelizada con helado de chocolate y base de galleta.
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Torrija caramelizada con helado de chocolate y base de galleta.Ana S. Diéguez.

Mesón Cándido, un oasis gastronómico en la preciosa ciudad de Segovia. Una parada obligada que, complementa el solemne acueducto, con bocados de felicidad que explican por qué, incluso en plena pandemia, sus mesas siempre están llenas. Un ejemplo de superación, de calidad y sobre todo de saber hacer.

¿Reservamos?

Mesón de Cándido

Dirección: Plaza del Azoguejo, 5. 40001 Segovia

Teléfono: 921425911

Web: https://mesondecandido.es/

Precio Medio: 30€