La transformación física de Halle Berry para subirse al ring con 54 años
Han pasado 20 años desde que la actriz lograra el Oscar por 'Monster’s Ball', pero el premio no vino acompañado de un aluvión de ofertas, aunque la luvja continúa.
Existe una narrativa bastante habitual en Hollywood que habla de la ‘maldición’ del Oscar. Y Halle Berry reconoce que le alcanzó de lleno tras lograr un histórico galardón por su papel en Monster’s Ball hace 20 años. La actriz tilda de “sorprendente” en el último número de Entertainment Weekly que la industria le diera la espalda.
“Cuando tienes una victoria histórica como esa, piensas: 'Oh, esto va a cambiar fundamentalmente'. Me cambió, pero no cambió mi lugar en el negocio de la noche a la mañana. Todavía tenía que volver a trabajar. Todavía tenía que tratar de luchar para salir de la nada”, explica la actriz, que sin embargo valora el hecho de que la industria haya evolucionado.
"Antes cuando tenías 40 años tu carrera estaba terminada, y quiero decir, realmente terminada. Tenías que esperar hasta tener la edad suficiente para interpretar a una abuela para poder darle otro mordisco a la manzana: no podía pensar que estaría interpretando a una luchador de MMA a los 54 años. Soy la prueba de que algo está cambiando", señala.
Y es que la actriz norteamericana ha tomado las riendas de su destino definitivamente y en noviembre estrena Bruised una película independiente sobre el regreso al ring de una luchadora de MMA caída en desgracia, un papel que Blake Lively rechazó.
Además, se trata de la primera incursión de Halle Berry como directora en una apuesta decidida de Netflix por la actriz, a la que pagará 20 millones de dólares por los derechos de distribución mundial de la película. “Me dieron el guión y me encantó la historia, pero fue escrita para una mujer irlandesa blanca católica de veintitantos años”, dijo Berry, quien cumple 55 años esta semana.
"No podía quitarme el guión de mi cabeza, así que pensé que quizá era posible adaptarlo a una mujer negra de mediana edad, alguien que lucha por una última oportunidad en lugar de otra oportunidad”, añade.
Y lo cierto es que la actriz se ha mimetizado con su personaje que le ha exigido una preparación física acorde, aunque la norteamericana lleva años esculpiendo su cuerpo de la mano de su entrenador personal, Peter Lee Thomas, con el que trabaja habitualmente. Por ello, no es nada extraño verla lucir six-pack mientras presume de la misma belleza que dejó a muchos sin respiración en aquella mítica escena de 007: Die Another Day.