TELEVISIÓN

Gillian Anderson y el efecto colateral de interpretar a una terapeuta sexual

La actriz protagoniza desde hace dos temporadas la serie 'Sex Education', y su papel ha tenido mucho que ver en los regalos que recibe en la actualidad.

Gillian Anderson y el efecto colateral de interpretar a una terapeuta sexual

Gillian Anderson continúa, a sus 51 años, agasajando a los públicos con sus papeles de mujeres fuertes e independientes. La actriz norteamericana se convirtió en una estrella de la pequeña pantalla durante la década de los 90 gracias a su papel de Dana Scully en 'Expediente X', rol que, además de granjearle un vasto ejército de admiradores (tanto masculinos como femeninos), hizo de ella un icono de elegancia, sensualidad y clase. Después llegarían 'La Caza', miniserie en la que interpretó a la cautivadora detective Stella Gibson, y 'American Gods', en la que cumplió con creces el desafío de encarnar a dos mitos como Marilyn Monroe y David Bowie.

 Desde el año pasado, Anderson ha vuelto a conquistar a las audiencias gracias a otro personaje que no ha tardado en erigirse como uno de los más interesantes de la oferta televisiva actual: el de la sexóloga Jean Milburn en la exitosa serie de Netflix 'Sex Education'. Milburn es una mujer que maneja su sexualidad sin ningún tipo de prejuicio, que es aficionada a los rollos de una noche, y que está empeñada en ayudar a su hijo adolescente (y virgen) a superar su timidez en el terreno de lo sexual.

La serie, que ha sido renovada para una tercera temporada, ha vuelto a colocar a Anderson en primera línea, y aunque la intérprete está agradecida por el furor que causa su personaje, lo cierto es que meterse en la piel de una terapeuta sexual ha tenido efectos inesperados en su vida privada. El más importante de ellos, la cantidad de regalos de índole erótica que recibe desde que se estrenó la ficción.

Así lo contaba en unas declaraciones recogidas por The Mirror: "Me han enviado más vibradores de los que he tenido jamás, lo cual no es una cosa mala". Recibir envíos masivos de juguetes sexuales, no es, de todas formas, algo totalmente nuevo para Anderson, que ha confesado que también pasó por una experiencia semejante durante 'Expediente X', a raíz de que se revelara que su personaje, Scully, guardaba un vibrador debajo de la cama.

Por otro lado, la intérprete también ha confesado que su personaje en 'Sex Education' le ha animado, de alguna manera, "a ser algo más inapropiada y a entrometerme un poco de más" en la vida de sus hijos. Eso sí, si hay algo que Anderson teme es que la gente se dirija a ella como si verdaderamente fuera una consultora sexual profesional: "Afortunadamente no me paran para pedirme consejos sexuales por la calle". De momento.