La nueva inversión de Lara Álvarez: un dúplex en Boadilla
La presentadora de 'Supervivientes 2020' adquiere una nueva propiedad en la localidad madrileña antes de viajar a Honduras.
Lara Álvarez comenzó la pasada noche una nueva edición de 'Supervivientes' con el estreno de la primera gala desde Honduras, el lugar al que se ha desplazado un año más para ser la presentadora que sirve de conexión con el plató de Mediaset. La asturiana comandó las primeras pruebas, definió los grupos y se convirtió en el nexo perfecto con Madrid para lograr un 32% de cuota de pantalla. Va a tardar en regresar a España, pero a su vuelta le espera el nuevo inmueble que adquirió poco antes de coger el avión para cruzar el Atlántico.
Según el portal Vanitatis, Lara ha comprado un dúplex en la madrileña localidad de Boadilla del Monte, una vivienda de más de 100 metros cuadrados situada en una exclusiva urbanización con piscina, pista de pádel y seguridad las 24 horas del día. Además, incluye dos plazas de garaje y trastero. Tal y como desvela en exclusiva el mismo medio, la joven habría desembolsado una cifra superior a los 400.000 euros para una casa que no sería su residencia habitual.
Y es que la presentadora ya adquirió otra propiedad a finales de 2018 en otra ciudad próxima a la capital, en este caso Las Rozas. En este emplazamiento vivió de alquiler cuando se mudó a Madrid, y más tarde decidió comprar una casa en la misma zona que ya estrenó el pasado año. Esta propiedad es un chalé de casi 400 metros cuadrados, con cuatro plantas, piscina privada y una parcela que supera los 1.000 metros cuadrados.
Diversos medios aseguraron en su momento que la asturiana pagó una cantidad superior a los 640.000 euros, aunque ella no hizo ninguna declaración al respecto. Lara está invirtiendo en el sector inmobiliario el dinero que consigue como uno de los rostros estrella de Telecinco y también por publicidad, ya que acaricia los dos millones de seguidores en Instagram. Además, creó una empresa llamada Senso Consulting en 2006 para gestionar sus actividades publicitarias y también la firma de ropa Blue Palm que, según la revista Semana, tuvo que cerrar.