Coches, mujeres y alcohol: el exfutbolista Sasa Curcic repasa su vida de excesos
El serbio fue toda una figura de la Premier League en los 90, aunque su pasión por el derroche y la juerga le colocó muy cerca de la ruina vital.
Ser joven, famoso y rico conlleva unos riesgos claros si no se tiene la cabeza del todo amueblada. Y dedicarse profesionalmente al mundo del deporte no garantiza en absoluto esto último. El excentrocampista nacido en Belgrado Sasa Curcic encarna a la perfección esa trayectoria estereotípica en arco de la gloria y la caída, y pese a que su nombre ha quedado bastante enterrado bajo el tiempo, su recorrido por lo salvaje continúa causando curiosidad. Motivo suficiente para que el diario británico Daily Mail le haya dedicado una entrevista publicada ayer, en la que Curcic se confiesa sobre su tumultuoso pasado y su salida de los infiernos.
El serbio comenzó su carrera sobre el terreno de juego en su ciudad natal, para dar el salto a la liga inglesa en 1995 de mano del Bolton Wanderers. De allí pasó al Aston Villa, equipo en el que jugó solo dos temporadas, durante las que su proclividad a protagonizar escándalos empezó a tornarse cada vez más habitual (llegó a ser expulsado de una discoteca tras una parranda con el delantero Stan Collymore en la que este orinó sobre la gente desde la tarima).
Su último equipo en Gran Bretaña fue el Crystal Palace, y después se marcharía a los Estados Unidos para internarse enseguida en el ocaso de su desempeño futbolístico. Colgó las botas a los 29 años, completamente en bancarrota, y tras un periodo de desesperación existencial, consiguió resucitar en su regreso a Serbia, en parte gracias a participar en distintos realities televisivos, ganando incluso una edición del 'Gran Hermano' de su país.
En su charla con Daily Mail, Curcic rememora alguna de las locuras más extravagantes que llevó a cabo durante su etapa en el futbol inglés. Por ejemplo, la ocasión en la que, cuando jugaba en el Villa, decidió gastarse una fortuna contratando un autobús lleno de modelos para que sus compañeros y él pudieran dedicarse a festejar a lo grande: "se habló de ello en el vestuario durante meses", reconoce.
No fue esa la única 'travesura' que hizo durante su paso por ese club (del que salió tras pelearse con el entrenador y con la totalidad de su sueldo fundido en drogas y prostitutas). "Gareth Southgate cuenta la historia de cómo me salté un partido del Villa para operarme la nariz. Vamos, yo solo quería tener mejor aspecto", bromea el exjugador recordando la anécdota, "Gareth estaba celoso. Les dije a él y a Andy Townsend 'Chicos, si venís nos harán un descuento, ¡tres narices por el precio de dos!'"
Curcic es muy consciente del malogrado aura que le acompañó siempre, y llega a compararse con el mítico futbolista norirlandés George Best, que se labró igualmente un historial plagado de luces y sombras: "yo también me dejé el dinero en mujeres, coches y alcohol, pero estoy de acuerdo con él, ¡el resto de la pasta la malgastamos!". La ligereza con la que parece abordar este paseo por la memoria, no es, sin embargo, el único tono de su discurso. El serbio saca su faceta más seria para hablar de su lenta y complicada redención.
"He cambiado mi camino. Dejé de beber, hace seis años ya. No quería terminar como él", asegura el exjugador todavía en referencia a Best (cuyo alcoholismo terminó por llevarle a la tumba). Curcic narra en la entrevista la transformación que llevó a cabo en la última década para volver a salir a flote. "Gané 'Gran Hermano' pero no tenía trabajo ni dinero. Pensé: '¿Qué voy a hacer? ¿Suicidarme?'. No, ir a la oficina de empleo. Empezar de nuevo. Pensé en ser pintor, conductor de autobuses, constructor".
Aunque finalmente, Curcic volvió al ámbito que años antes se lo había dado todo: el fútbol. Abrió una academia en Serbia y se convirtió en entrenador de jóvenes promesas, un empleo que le permite ilusionarse otra vez, y desde un punto más tranquilo de su vida, como ha manifestado al Daily Mail: "Ahora tengo más oportunidades para entrenar en el extranjero. A lo mejor algún día regreso de nuevo, mi sueño es ser mánager en Inglaterra".