Los secretos de la fiesta de boda de Ramos: Europe, cambios de 'look' y un dragón
La celebración posterior al enlace se ha prolongado hasta hoy, y a pesar del recinto blindado y la falta de fotos, se conocen ya muchos detalles.
Tras la solemnidad y la emoción de la ceremonia religiosa alojada en la Catedral de Sevilla por la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio, los recién casados y sus invitados se trasladaron a la finca 'La Alegría SR4' del deportista, donde estaba organizado el convite y el festejo posterior, para dar rienda suelta a la diversión.
Las muchas medidas de seguridad y la prohibición impuesta a los asistentes de no utilizar el teléfono móvil durante la velada no han bastado para mantener del todo la exclusividad del evento, y ya ha transcendido cuál fue la cronología general de la noche, además de muchas de las sorpresas previstas.
Entrada y cóctel
Mientras los novios se hacían una sesión de fotos privada a un kilómetro y pico de la propia finca y después atendían a los medios dando sus primeras declaraciones como recién casados, los invitados fueron llegando al lugar mediante minibuses con las ventanas tintadas, lo que sirvió para proteger la intimidad de las posibles caras famosas que, aunque no hicieran acto de presencia en la catedral, no quisieron perderse la fiesta.
Después llegó el momento de poner en práctica una de las restricciones más sonadas de las incluidas en la lista de instrucciones enviada a los asistentes: el veto a los teléfonos móviles (en la fiesta había fotógrafos profesionales y fotomatones, pero se quería impedir la filtración a los medios). A su llegada a la finca, los invitados tenían que hacer una "parada en boxes", como lo denominó Carla Barber, para dejar los smartphones en un espacio acondicionado como guardarropa, con mostrador y taquillas.
Una vez pasado este trámite, se accedía a la primera zona, la del cóctel. Allí se levantaban una serie de tiendas a modo de tipis indios en las que se ofrecía la bebida y la comida, distribuida por contenido. Además, mientras se degustaba de este aperitivo previo a la cena, los invitados pudieron disfrutar del pequeño show montado por unos artistas circenses que hacían malabarismos y juegos con fuego. El cóctel se alargó hasta las 23:30 aproximadamente.
Banquete
Un camino alumbrado con luces de neón llevaba al siguiente espacio temático de la finca, una especie de sala de aeropuerto en la que, a modo de anuncios de vuelo, se indicaba dónde tenían que sentarse los invitados. Las mesas se encontraban dispuestas bajo una carpa impresionante decorada con velas y distintas telas.
Los novios hicieron su entrada en este comedor al aire libre con una puesta escénica muy emotiva, al ritmo de la canción de Lady Gaga 'I'll never love again', que forma parte de la banda sonora de la exitosa película 'Ha nacido una estrella'. Según aseguran distintos medios, fue en este momento cuando el capitán del Real Madrid se vio más abrumado por la emoción y no pudo contener las lágrimas.
El banquete nupcial consistía en un menú preparado por el chef Dani García y compuesto de cuatro platos, que incluyeron salpicón y rape. Curiosamente, no hubo tarta, pero sí postre, que apareció envuelto en la figura simbólica por antonomasia de la boda: un unicornio. El festín fue acompañado de los vinos de las Bodegas Emilio Moro y de un champán Dom Perignon. Los invitados recibieron además un regalo, nuevamente relacionado con el motivo mitológico de la ocasión: una pequeña estatua de piedra negra que representa un unicornio.
Conciertos y fiesta
Ya de madrugada, se dio por concluida la cena y los invitados fueron desplazados en cochechitos de golf a la tercera y última zona ambientada de la finca, la correspondiente a la 'mini feria'. Se trataba de un espacio con varios decorados de estilo cinematográfico y en el que una orquesta tocaba en vivo algunas emblemáticas soundtracks de películas famosas.
En el pequeño parque de atracciones improvisado no faltó de nada: allí se encontraba la enorme noria ya puesta en funcionamiento, y diversas atracciones feriales, como los coches de choque, que al parecer triunfaron mucho entre los invitados. Por faltar, no faltó ni una churrería para aquellos a los que entrara de nuevo el apetito a medida que se iba aproximando el alba.
En este espacio se descubrió también uno de los por qués del estricto código de vestuario que vetó determinados tonos en la ropa de los invitados. Y es que se puso en marcha un espectáculo lumínico que proyectaba luces de colores sobre los cuerpos de los asistentes para crear estelas cromáticas distintas.
Europe y el dragón rojo
Europe fue finalmente el grupo elegido para hacerse cargo de la representación musical más importante de la noche, y su presentación no tuvo desperdicio: los novios sobrevolaron el escenario montados en un dragón rojo articulado sobre una grúa de 100 metros mientras la banda tocaba las notas de su mítico tema 'The final Countdown'. Después Ramos y Rubio pusieron de nuevo los pies en tierra para disfrutar de las seis canciones que compusieron el repertorio del concierto dado por el grupo sueco.
Fue en esta aparición estelar sobre el dragón cuando los recién casados aparecieron ya con el segundo 'look' de la noche: ella vestida con un mono transparente rojo con lentejuelas y capa, del mismo diseñador de su vestido de boda, el libanés Zuhair Murad, y él con un chaleco de terciopelo dorado.
Europe no fue el único en pasar por el escenario, pues también actuaron Niña Pastori y Ketama, aportando el contrapunto flamenco a la noche. Y para el desmadre final, los asistentes contaron con el DJ italiano Gianlucha Vacchi, habitual de las noches ibicencas y encargado de hacer que los invitados lo dieran todo bailando.
Fin de la fiesta y hoy, una capea
La celebración se dio por terminada en torno a las 10 de la mañana, cuando Pilar Rubio se retiró ya a dormir. El futbolista se había despedido tan solo un poco antes, y supuestamente la gran mayoría de los invitados aguantaron hasta que ya despuntaba el sol. Los propios Beckham, al parecer, no se retiraron antes de las 5 de la madrugada.
Pero la marcha no acabó del todo ahí. Y es que hoy, para aquellos invitados que decidieran quedarse a pasar la noche o que todavía conservaran algo de energía, Ramos y Rubio han organizado una capea en otra de las zonas de la finca, convertida durante el centro de ayer en epicentro de una de las fiestas postboda más originales e insólitas que se recuerdan en la crónica social de los últimos años.