Las modelos denuncian los 'favores' que les obligaban a hacer
Decenas de profesionales reclaman 100 millones de dólares a las agencias que las explotaban tanto sexual como económicamente
"Había favores, eran parte de la explotación. Las chicas que conseguían buenos contratos tenían que mantener relaciones con los agentes y los fotógrafos". Estas palabras las pronuncia Lorelei Shellist, actual diseñadora y anteriormente modelo, y es uno de los testimonios que ha puesto patas arriba el mundo de la moda.
Las confesiones de decenas de modelos sobre sus propias experiencias han hecho que ocho de las principales agencias de modelos de todo el mundo se enfrenten a una demanda judicial histórica que podría superar los 100 millones de dólares por explotación femenina y maltrato a las mujeres.
Como explica The Daily Mail y recoge El Confidencial, empresas como Wilhelmina Models, Elite, Click y MC2 Model han sido señaladas por un buen número de mujeres que relatan lo que las obligaban a hacer para mantener su estatus de modelo y progresar en el competido mundo de las pasarelas.
Favores sexuales
Casi todos los testimonios explican cómo las agencias explotaron a las modelos tras ser "fichadas", cuando apenas tenían 14 y 15 años. Se trataba de una explotación económica aprovechándose de ellas, pero también sexual.
Louisa Raske afirma haber visto cómo uno de los jefes explotó sexualmente a una niña de 15 años, a la que le premiaban con más y más trabajo a cambio de vender su cuerpo. Y hay más testimonios.
Rachel Blais afirma que, cuando no quiso hacerse una liposucción que le había pedido su agencia cuando tenía 19 años, le "sugirieron que en tal caso habían elaborado una lista con unos cuantos fotógrafos con los que 'tendría que dormir'".
La misma modelo afirma que es algo habitual: "He estado en clubes de NY donde he visto a supermodelos de fiesta con sus agentes, pero también a chicas que luchan por sacar adelante sus carreras y terminan haciendo cualquier cosa".
Presiones por la figura
Las agencias jugaban incluso con la salud de las modelos. Blais explica que "me obligaron a contratar a un costoso entrenador personal porque estaba 'demasiado gorda': mido casi 1,80 m. y tenía una talla 36".
Y no acaba ahí: "Cuando cumplí 19 años mi agencia me pidió que me sometiese a una liposucción. Así es como acumulas deudas, porque ellos te pagan la operación pero luego te obligan a devolver el coste con intereses".
Abuso financiero
Económicamente, las agencias explotaban a las niñas-modelo de distintas formas. Por ejemplo, cobrándoles alquileres desorbitados de casas en las que vivían casi hacinadas, imponiéndoles comisiones abusivas de hasta el 20% e incluso directamente no pagándoles nada por sus trabajos.