Alcaraz gana a Struff con oficio a la espera de un mayor brillo

Mientras sus mayores rivales, Jannik Sinner y Novak Djokovic, carburan ya casi a su máxima potencia, Carlos Alcaraz avanza al ralentí en Wimbledon, consciente de que, para él, la segunda defensa del título es una carrera de fondo. El italiano y el serbio son los aspirantes y quizá por eso aceleran su puesta a punto, mientras que el español tira de oficio para pasar rondas a la espera de un mayor brillo. Así lo hizo este viernes en la tercera, contra Jan-Lennard Struff, alemán de 35 años y 125º que le ha ganado al menos un set en los cinco duelos que han disputado. Esta vez no fue una excepción, aunque volvió a prevalecer el español, como en los tres anteriores: 6-1, 3-6, 6-3 y 6-4 en 2h25.

El domingo, en octavos, altura que alcanza por cuarta ocasión consecutiva en el torneo británico, Alcaraz se enfrentará a Andrey Rublev (27 años y 14º), un rival ante el que tendrá que dar un plus para imponerse. Porque, además, es otro tenista que le ha resultado siempre incómodo (2-1 le domina en el cara a cara), como Struff (4-1). El ruso no ha dado malas sensaciones en lo que va de torneo, más después de vencer por 7-5, 6-2 y 6-3 al francés Adrian Mannarino. Carlos alarga su racha de triunfos consecutivos esta temporada a 21 y ha ganado 32 de sus 35 encuentros disputados sobre hierba, 17 de ellos seguidos en el All England. Es el séptimo español que alcanza cuatro o más veces la cuarta ronda en Wimbledon, tras Nadal (10), Feliciano (6), Bautista (5), Ferrer (5), Verdasco (5) y Ferrero (4).

Un partido “estresante”

“Invierte en tu resto”, le había dicho a Alcaraz su entrenador, Juan Carlos Ferrero, justo después de romperle el saque a Struff en el cuarto juego. Antes lo había pasado mal para salvar el suyo y ese quiebre, en realidad, se lo hizo a sí mismo el teutón, que sirvió muy mal. A partir de ahí, dominó el murciano hasta hacerse con el primer set y abrió el segundo dominando también y con un break de ventaja. Solo que el alemán consiguió anularlo de inmediato y con un parcial de 5-1 sorprendió completamente al de El Palmar. Su juego de ataque, con constantes subidas a la red (34/54), de otra época, tuvo premio. Porque estuvo más tiempo en posiciones ofensivas, y Carlos jugó más de fondo, con más seguridad y acierto (38 golpes ganadores y 28 errores no forzados), en el global del partido. “Ha sido estresante, he sufrido en muchos juegos con el saque. Él me ha presionado, supongo que he sobrevivido”, explicó después.

Con el marcador igualado, a Alcaraz no le quedaba otra que apretar y lo hizo. Un 3-0 le puso en control en el tercer set y por inercia se lo apuntó. De camino hizo un globo precioso y se movió bien para evitar sustos y deleitar al público con golpes vistosos. Aunque Jan-Lennard no se rindió y tuvo un punto para ponerse con 3-2 y saque en el cuarto parcial. Luego amenazó de nuevo en el 4-4, a unas alturas aún más peligrosas, antes de perder su servicio tras desperdiciar varias opciones de ganarlo. “Él ha fallado una volea y no me puedo creer que haya quedado 6-4. He tratado de pelear cada bola, de meter todas las que pudiese, y ver si él fallaba alguna. Ahí he tenido suerte y he podido hacer el break”, recordó en la entrevista postpartido.

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Como en casa

Esos fueron los mejores momentos del bicampeón, los del cierre de la victoria, cuando mostró su auténtica categoría y lo difícil que resulta batirle. “Estoy feliz con todo lo que he hecho, corriendo y pegando buenos golpes, he aprovechado las oportunidades que me ha dado. Orgulloso por ganar en cuatro sets”. Es el camino a seguir en lo que queda de campeonato.

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