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TENIS

Djokovic cambia de ‘manos’

El serbio no cuenta con Ulises Badio, el fisioterapeuta y kinesiólogo argentino que se había convertido en su sombra desde 2017.

Ulises Badio y Novak Djokovic, con el trofeo de las ATP Finals 2022.

Sin Serbia en la United Cup, Novak Djokovic comenzará jugando el ATP 250 de Adelaida desde el día 1 de enero, ciudad en la que ya se entrena después de que el año pasado fuese detenido y deportado de Australia por su negativa a vacunarse contra la COVID-19.

El serbio afronta la nueva temporada con cambios muy importantes en su entorno. Según adelantó el medio serbio Sport Klub y pudo confirmar AS, Ulises Badio no seguirá en su equipo después de no llegar a un acuerdo. El fisioterapeuta y kinesiólogo argentino, que se apoyaba en técnicas holísticas, era el hombre de confianza del serbio, quien cuidaba de él “las 24 horas”, vigilaba su descanso y se ocupaba de la suplementación y nutrición de Nole. Las ‘manos’ que ponían a punto al balcánico. Una decisión que cogió por sorpresa al argentino. El italiano Claudio Zimaglia ocupa su lugar.

Badio se unió al ‘Team Djokovic’ en 2017, cuando el serbio buscaba soluciones para sus problemas de codo. Fue fundamental también en torneos como el Abierto de Australia 2021, cuando sufrió una lesión en tercer ronda ante Taylor Fritz y tras incontables horas de tratamiento acabó ganando el título.

Djokovic había agradecido públicamente en varias ocasiones la dedicación de Badio, que en una entrevista con AS contaba cómo era su día a día: “Empieza el día anterior a un torneo o un partido. Tengo que saber cómo va a dormir, todas las cosas que necesita, preparar sus bebidas con electrolitos, lo que debe tomar esa noche precedente, su alimentación… Debo tener todo este control y cuando llega el día de partido le pregunto cómo está. Es un trabajo de 24 horas con él. Yo no puedo estar cuatro horas tratándole y luego irme y verle antes de jugar. Tengo que seguirle en cada momento, hasta cuando esté sentado, para ver cuál es su postura, o para saber cuánta agua bebió o cuánto comió, o si habló mucho tiempo con una persona por teléfono, porque cualquier mínimo detalle puede llegar a alterarle en un partido”.

Una relación muy especial que ha acabado que iba más allá de lo puramente asistencial.