Barty se toma la revancha y deja a Paula Badosa sin final
La australiana, que había caído contra la española el mes pasado en Charleston, venció en dos sets y peleará por el título con Sabalenka o Pavlyuchenkova.
Ganar a la número uno del mundo no es tarea fácil y hacerlo dos veces en un mes, parecía muy difícil. Paula Badosa, que se había impuesto en Charleston el pasado mes de abril, intentó consumar el doblete este jueves, pero se encontró con una gran versión de la australiana, sobre todo desde el punto de vista táctico. La líder del ranking se tomó la revancha con una clase magistral de saque, cambios de ritmo y variaciones en el juego que terminó con la brava resistencia de la española, quien cerró su magnífica actuación en el Mutua Madrid Open con una honrosa derrota por 6-4 y 6-3 en 75 minutos.
Barty parece imbuida de una sabiduría dentro y fuera de la pista por las que se ha convertido en el referente más estable del tenis femenino mundial. Lleva instalada permanentemente en el trono desde el 9 de septiembre de 2019. Cuando sobrevivo la pandemia decidió apartarse y no salir de su país, por lo que no participó en ningún torneo, ni siquiera en los Grand Slams, durante casi un año. Ahora acumula 16 victorias en la gira Europea de tierra desde que fue campeona en Roland Garros hace dos años, con su reciente título en Stuttgart y los cuatro triunfos que ha obtenido hasta ahora en la capital de España. En la final, que se disputará el sábado a las 18:30, se enfrentará a la bielorrusa Aryna Sabalenka o a la rusa Anastasia Pavlyuchenkova.
Badosa sale del torneo, que le concedió una invitación de la que no se ha arrepentido, con la satisfacción de haber sido la primera española que alcanza las semifinales y 20 puestos más arriba en la clasificación mundial, en la que ocupará desde el lunes el 42. También con la certeza de que puede competir contra las mejores porque tiene las armas para hacerlo y con la esperanza de que está a un pasito de hacer algo grande si continúa firme en sus principios y en su progresión. Y con el orgullo de haberse dado a conocer con público en Madrid.
Ante Barty, una rival que no tiene un parón fijo de juego y ante la que es muy complicado, por lo tanto, encontrar soluciones si tiene un buen día, hizo todo lo que pudo. Le falló su buen servicio en dos momentos cruciales: el último juego del segundo set y el cuarto del segundo, con dobles faltas que facilitaron sendos quiebres de Barty. La catalana nacida en Nueva York trató de recuperar la desventaja en el 4-1 pero se le escaparon tres bolas de break y con ellas la posibilidad de una remontada. Se va con la cabeza alta y con mucha más confianza para lo que viene: Roma, Roland Garros y quizá otro torneo entre medias.